Hace bastante tiempo, cuando mi hija debía tener siete u ocho años, en el informativo de televisión hablaban sobre Cuba y apareció en  pantalla la conocida proclama de Fidel Castro: "Patria, socialismo o muerte". Muy seria, mi hija se giró hacia nosotros y nos preguntó: "¿Vosotros que preferís?". Mi mujer y yo, tras una intensa carcajada, le explicamos que no se trataba de una respuesta tipo test, que era algo más complejo, que esa frase reflejaba la determinación de algunos cubanos de defender hasta la muerte la revolución. Por su edad se lo explicamos con palabras más sencillas, pero estoy seguro de que para ella hubiera sido más satisfactorio que hubiéramos contestado con una de las tres supuestas opciones.

Los niños tienden a simplificar sus razonamientos, es parte del proceso de aprendizaje. Con la edad, lo normal es que las personas sean capaces de elaborar pensamientos más complejos, que no se limiten a una respuesta dicotómica. Las cosas no suelen ser sólo blancas o negras, dulces o saladas, buenas o malas. Cuando un adulto reduce su discurso tanto como para que parezca dirigido a un niño, se puede deber a que su desarrollo intelectual no ha sido el adecuado o a que considera que es su interlocutor quien no ha evolucionado convenientemente.

Pero para no caer en contradicción con mi propia reflexión, estoy abierto a otras posibilidades y, entre ellas, la más plausible es que tanto emisor como receptor compartan los mismos problemas de comprensión. En ese caso el matrimonio es perfecto. Un mensaje tan simplificado que evite la duda, dirigido a un público agradecido por no tener que hacer el mínimo esfuerzo mental.

No conozco a Isabel Díaz Ayuso lo suficiente como para poder dictaminar si la idiota es ella, sus seguidores, todos o ninguno, siendo esta última opción muy poco probable. Lo que sí puedo asegurar a ciencia social cierta es que su discurso funciona entre mucha más gente de lo que sería saludable. Y frente a ese discurso tan simple como exitoso, el PSOE vuelve a escoger como contrincante a un catedrático de filosofía. Ojalá me equivoque, pero me parece que el partido socialista ha escogido muerte.