Vamos a hablar claro: las emisoras entran en los estadios y cuentan lo que allí pasa. Perfecto reflejo de la libertad de información. Pero, además, las emisoras intercalan entre sus comentarios diversos anuncios y promociones publicitarias: esas emisoras consiguen ganar unos dineros gracias a las noticias que transmiten y comentan.

Los clubs de fútbol razonan: yo soy una empresa y alquilo mis imágenes o las vendo. Nada que objetar.

Las emisoras dicen que contar lo que pasa en un estadio es pura noticia y debe ser permitido siempre.

Pues las emisoras tienen razón así contado. Pero si esas noticias les reportan a las emisoras suculentos ingresos, la libertad de expresión ya no es cuestión de pura libertad, es también cuestión de rentabilidad. Ya no estamos hablando de ética informativa, estamos hablando de negocios.

Leo que varias empresas de comunicación van a recurrir en los Tribunales la decisión de los clubs de no permitir a las emisoras transmitir gratis lo que ocurre en un estadio. Es una operación demagógica y cínica: lo que se pretende es que las empresas de radio tengan noticias gratis mientras ellas ingresan con los anuncios asociados.

Si a mí me cuentan que a Radio Nacional de España (que no tiene publicidad) no le permiten entrar en un estadio, marcho a manifestarme a favor de la libertad de expresión. Pero si las emisoras privadas piden contar lo que pasa en los estadios sin pagar ni un euro mientras ellas obtienen ingresos con publicidad adosada a las noticias, me manifiesto en contra.

Que nadie se apoye en la libertad de expresión para hacer negocio. Libertad de expresión es simplemente libertad de expresión, añadirle un anuncio de cerveza (por ejemplo) y exigir libertad a continuación de cobrar es un error.

No podemos apoyar a las emisoras que mezclan libertad con cuenta de resultados.

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luissolana.com