Pedro Sánchez ha aprovechado la reunión interparlamentaria del PSOE para lanzar un mensaje nítido: España avanza, con más vivienda pública, una sanidad reforzada, empleo récord y una posición internacional firme en la defensa de los derechos humanos. Frente al ruido y la confrontación, el presidente del Gobierno reafirmó el compromiso de su Ejecutivo con una mayoría social que apuesta por la estabilidad, la justicia social y las soluciones reales.
En ese marco, Sánchez anunció que el Consejo de Ministros de este martes aprobará dos medidas clave: el aumento de los coeficientes reductores para la jubilación anticipada de bomberos forestales y agentes medioambientales, y la revisión al alza de la previsión de crecimiento económico. Ambas decisiones reflejan un modelo de gobierno que reconoce el esfuerzo de quienes protegen y cuidan, y que garantiza un crecimiento justo, sostenido y compartido.
“Somos la fuerza política que cumple, que transforma y que no se resigna” -afirmó el presidente-, subrayando que España hoy está mejor que en 2018: con 22 millones de personas ocupadas, casi 4 millones de empleos creados desde la pandemia, y representando el 40% del crecimiento de la zona euro. Todo ello, acompañado de subidas del salario mínimo, las pensiones y las prestaciones sociales. Y lo más importante: “Lo hemos hecho reduciendo la desigualdad, las emisiones contaminantes y la deuda pública. Esa es la realidad frente a la mentira sistemática de la derecha. La socialdemocracia funciona, y España es la prueba”.
Uno de los ejes fundamentales del Gobierno ha sido dar respuesta a uno de los principales problemas de la juventud: el acceso a la vivienda. Sánchez detalló que se ha puesto en marcha un plan nacional con 7.000 millones de euros en cinco años, que triplicará la financiación autonómica a quienes se sumen al esfuerzo.
Además, se activan tres nuevas medidas: Una ayuda directa de casi 30.000 euros para jóvenes en alquiler con opción a compra. Un seguro de impago de rentas para garantizar estabilidad a propietarios y facilitar el alquiler. Subvenciones de hasta 10.800 euros para comprar vivienda en el medio rural. “La vivienda no puede ser un lujo ni un negocio para unos pocos; debe ser un derecho garantizado”, defendió.
Junto a la vivienda, Sánchez reivindicó otras transformaciones impulsadas en esta legislatura: La creación de la Agencia Estatal de Salud Pública; la ampliación de permisos parentales; la mejora de prestaciones por desempleo y leyes pioneras como la de paridad, la de bomberos forestales o la actualización del pacto de Estado contra la violencia de género.
En política internacional, subrayó que España ha sido el primer gran país europeo en reconocer al Estado palestino y que ha pedido la suspensión del acuerdo UE-Israel mientras no cese la violencia en Gaza. “España ya no sigue a otros: hoy lidera”, sentenció.
En esa misma línea, el presidente planteó una pregunta que —dijo— muchos ciudadanos se hacen: “¿Por qué se expulsó a Rusia de las competiciones internacionales tras invadir Ucrania y no se hace lo mismo con Israel después de la invasión de Gaza?”
Y remarcó: “Nuestra posición es clara: hasta que no cese la barbarie, ni Rusia ni Israel deben participar en ninguna competición internacional. Defender los derechos humanos no es una opción, es una obligación. Y España, hoy, está usando su voz internacional para defender lo correcto”.
Sánchez contrastó el avance del país con la gestión de la derecha en comunidades como Madrid y Andalucía. Recordó que, desde 2019, el Gobierno central ha transferido 300.000 millones adicionales a las CCAA para servicios públicos. “Ningún Ejecutivo había hecho un esfuerzo semejante”. Sin embargo, denunció que el gobierno de Ayuso solo ha destinado el 45% de esos recursos a sanidad o educación, mientras el resto se ha ido en privatizaciones y beneficios fiscales a grandes fortunas. En Andalucía, Moreno Bonilla ha recibido 54.000 millones más que con Rajoy, pero ha cerrado 2.000 aulas públicas y derivado 1.500 millones a empresas privadas.
“El patrón es el mismo en todos los gobiernos de la derecha: convertir los derechos en negocio. Lo hacen con los hospitales, con las escuelas, con las residencias y hasta con la vivienda”, denunció. Al mismo tiempo —criticó—, rechazan una quita de deuda autonómica de 60.000 millones, que permitiría a las comunidades ahorrar 6.700 millones anuales en intereses. “Una oportunidad perdida para reforzar servicios públicos que los presidentes del PP desprecian por puro cálculo ideológico”.
Sobre la emergencia climática, advirtió que España ha vivido este verano las mayores olas de calor e incendios de su historia, y que este otoño podrían llegar nuevas DANAS e inundaciones extremas. Ante esa amenaza, el Gobierno ha invertido 30.000 millones en transición ecológica y ha propuesto un pacto de Estado contra el cambio climático. “Mientras Feijóo habla de pulseras para pirómanos y Ayuso de geranios en los balcones, nosotros ofrecemos soluciones reales”, sentenció.
En materia de política exterior, Sánchez defendió una acción internacional coherente, basada en principios y no en intereses. En lo que va de año, España ha mantenido encuentros bilaterales con 35 países y ha participado en 17 foros multilaterales. “No estamos para fotos vacías, como en tiempos de Aznar. Estamos para defender causas justas, aunque no sean mayoritarias”.
“Hoy, otros países miran a España para inspirarse. Así como antes mirábamos a los países nórdicos, ahora somos ejemplo de que se puede crecer sin sacrificar derechos, de que se puede crear empleo reduciendo desigualdad, y de que se puede defender la justicia internacional sin miedo a discrepar. Esa es nuestra hoja de ruta. Y merece la pena seguirla”.
Sánchez defendió también el papel del Parlamento como espacio de transformación: “Hemos aprobado más de 40 leyes en lo que va de legislatura, hemos resistido al bloqueo de la derecha y hemos sacado adelante reformas que cambian la vida de la gente. Mientras ellos insultan, nosotros legislamos. Mientras ellos bloquean, nosotros construimos”.
En su cierre, reafirmó su visión de futuro. Un país donde se siga subiendo el salario mínimo, reforzando pensiones, garantizando una fiscalidad justa, exigiendo a las empresas que repartan mejor sus beneficios y resolviendo de forma estructural el problema de la vivienda. “Eso es gobernar. Eso es construir país. Eso es lo que la gente se merece”.
Y concluyó con un mensaje directo a la ciudadanía: “El futuro exige ambición, claridad y compromiso. España avanza, y lo hace con justicia, con dignidad y con esperanza en el futuro. Porque cuando gobierna la socialdemocracia, España funciona”.