Los mercados  ni han aparecido en la actualidad ni acosaron únicamente a la España de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue el PP el que convenció a muchos españoles de que el problema no había que encontrarlo tanto en la crisis internacional como en el culpable de la misma, que, según juraba la derecha, era Zapatero, quien se equivocó más o menos como la mayoría de sus colegas, casi todos ellos, en todo caso, paulatinamente derrotados y llevados a la debacle política.

Bandera blanca
La gran mentira de que el malo de la película fue Zapatero sí consiguió el PP que se la creyeran millones y millones de ciudadanos  que castigaron con severidad al PSOE, votando a otros partidos o simplemente no votando. Gracias a semejante patraña Rajoy logró por fin vivir en La Moncloa, mientras el líder socialista acabó sacando la bandera blanca y,  de hecho, se vio obligado a rendirse  dejando a Alfredo Pérez Rubalcaba en una situación con tintes de agonía.

Estado del Bienestar resquebrajado
Los mercados, Sr. Rajoy, continúan disparando, en 2012, contra los Gobiernos democráticos. Su admirado David Cameron, primer ministro del Reino Unido, ha anunciado más recortes en el gasto público de carácter social. Al neoliberalismo salvaje no le preocupa lo más mínimo que se vaya resquebrajando en Gran Bretaña y en el resto de los países europeos el Estado del Bienestar.

Rowan Williams
Pero, como mínimo, al conservador Cameron le ha reprochado -con evidente dureza y a causa de sus políticas reaccionarias- el jefe de la Iglesia Anglicana, Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, que es un eclesiástico progresista o de izquierdas, a punto de abandonar su cargo de máximo responsable de la fe anglicana.

Rouco, defensor del capitalismo
Usted en cambio lo tiene mejor, don Mariano. Puede estar seguro que ni Benedicto XVI ni el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela levantarán su voz para recriminarle ante la opinión pública su política defensora del capitalismo. Más aún. Rouco Varela censuró urbi et orbe que organizaciones católicas reivindicativas criticaran las medidas de Rajoy y compañía.

Rebelión a bordo
Mientras tanto, Benedicto XVI no parece dispuesto a amparar a los pobres. Calla y no dice ni mu. Y es que  en cualquier momento, al jefe de Estado del Vaticano lo pueden liquidar los suyos. Hay rebelión a bordo, con detenciones, escándalos, masones infiltrados y hasta compras de armas de fuego. Pero Rajoy no corre ningún peligro. Es un hombre de suerte, protegido por Rouco y su simpático obispo auxiliar y portavoz, Martínez Camino. Dicen que no lo olvidemos; que, sin homosexuales, no habría crisis.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM