Me resulta curiosísima la desmesurada preocupación de la derecha en los últimos tiempos por los muertos en España por la emergencia sanitaria del coronavirus. Realmente sorprende tanta preocupación y tanto desconsuelo por los miles de españoles, la mayoría ancianos, que están muriendo por causa del virus letal. Parecen estar angustiados, y parece que de repente se les ha activado la zona del cerebro que ayuda a sentir compasión por el prójimo. No nos dejemos engañar, seguramente es sólo una máscara, un uso con fines políticos del dolor humano.

Me resulta curiosísima esta actitud porque si algo caracteriza a la derecha neoliberal es la ausencia total de empatía. Llevamos percibiéndolo y sufriéndolo durante las tres últimas décadas de neoliberalismo, en España y en el mundo. Una ausencia de empatía que se ha hecho patente en las decisiones de los gobiernos neoliberales, que han gobernado por y para el dinero y por y para los ricos, llevando a las clases medias y a las menos favorecidas a una precariedad difícil de digerir. En España hemos visto decisiones de la derecha que directamente sólo pueden ser propias de verdaderos psicópatas que no sólo no sienten empatía, culpa, compasión y arrepentimiento, sino que además disfrutan haciendo daño.

Y es que el neoliberalismo es una ideología psicópata, y propia de psicópatas. No lo digo yo, llevan muchos años diciéndolo los expertos en la materia, como Robert Hare o Jon Ronson. Es, efectivamente, una ideología especialmente irrespetuosa con los derechos de los ciudadanos, y está sometida a un patrón de actuación emocional frío y agresivo, asociado a un modo de pensamiento egocéntrico y carente de empatía y de remordimiento;  todo eso que justamente es lo que define al trastorno psicopático de la personalidad.  Según los expertos, en los casos más leves existe un egocentrismo intenso, desprecio por las necesidades ajenas y conductas engañosas a la hora de conseguir los fines; en los casos más graves los psicópatas llegan a gozar intensamente con el dolor ajeno.

Era y es muy obvio percibir cierto de ese “sadismo” en los recortes de hace unos años. Recordemos  que Rajoy recortó sólo en 2012 más de 10.000 millones de euros de la Sanidad y la Educación. O la mafia Gürtel del Partido Popular, que se repartía el dinero público mientras afirmaban con rotundidad que no había dinero, o la venta de viviendas sociales a fondos buitre, o la persecución de los sin techo, o dejar sin tratamiento de oncología a los niños en Castilla la Mancha.

Y también dicen los expertos, y es algo muy evidente, que estos seres humanos que carecen de emociones y de empatía, que suponen aproximadamente un 4% de la población, son depredadores y destructores; y si disponen de poder social efectivo, ya sea político, económico, policial, o de cualquier ámbito del poder, su capacidad destructiva se convierte en inmensa, simplemente porque ninguna emoción y ningún sentimiento les frena. Quizás este tema nos ayude a entender algunas de las cosas aparentemente inexplicables que ocurren en el mundo, y a comprender por qué la especie humana parece ser tan inevitablemente nociva, tanto para el entorno como para sí misma.

Si nos ceñimos al recuento de víctimas del coronavirus, asombra, ya digo, el repentino interés de la derecha por los muertos. Son ya más de 20.000 en España las víctimas mortales de esta terrible pandemia; en el mundo van casi 200.000. Las cifras son terribles. Pero son terribles todas las cifras de víctimas mortales. Los que tanto parecen preocuparse y compadecerse de las víctimas mortales del coronavirus no movían una pestaña ante los muchos miles de muertos por las políticas neoliberales infames. Fueron, por ejemplo, más de 4.000 los enfermos de hepatitis muertos porque el gobierno Rajoy les negó el tratamiento. A partir de los infames recortes del PP los suicidios se incrementaron en España cerca del 50%; de los 11 suicidios diarios en nuestro país, la mitad de ellos (más de 2.000 al año) están vinculados a medidas neoliberales, como los desahucios, los despidos o el empobrecimiento de la población. Por negligencias médicas asociadas a los recortes en sanidad se calcula que han muerto aproximadamente 1.000 enfermos al año desde que empezaron a practicar lo que llamaban “políticas de austeridad” en 2008. Desde ese año estamos hablando, sólo por estos motivos, aproximadamente de 40.000 españoles fallecidos en la era neoliberal. No he visto ningún crespón negro sobre la bandera española, que ahora lucen tanto los patriotas, por estos españoles muertos por causa directa de los neoliberales y del Partido Popular.

Con mucha rotundidad la escritora y activista social argentina Clara Valverde, en su libro “De la necropolítica neoliberal a la empatía radical” (2017), expone que el neoliberalismo aplica la necropolítica, es decir, deja morir a las personas que no les son rentables. ¿Cómo se atreven ahora los de la derecha y la extrema derecha a atribuir las muertes por una pandemia sanitaria que es mundial al actual Gobierno de España? ¿Cómo se atreven a argumentar que les importa la salud o la vida de las personas? La indecencia y la maldad no tienen límites. No es algo casual. La psicopatía, esa perturbación de la gente que literalmente carece de conciencia, es la fuente más importante de agresión humana, física o moral, decía Erich Fromm. Conviene informarse bien sobre ello, porque de aquello que se desconoce es imposible defenderse.