Es lo que está haciendo el PP, un partido de derechas que recurre permanentemente a la bronca, los insultos y la confusión como arma política, porque sabe que a través del método populista se consiguen grandes resultados electorales. En un país con poca tradición democrática y, por tanto, con poco espíritu crítico, el PP tiene todas las de ganar con unas argucias que tienen ya y seguirán teniendo en el futuro efectos perversos sobre la ciudadanía española.

Ya no solo es por tapar sus escándalos políticos, sino por llegar al poder a cualquier precio (que siempre pagarán los españoles). Su actitud en materia terrorista es pérfida y en nada se parece a la oposición que le hizo el PSOE cuando el PP ostentó el poder. Fue entonces cuando el expresidente José María Aznar dijo de ETA: “Movimiento vasco de liberación... nacional”, además de otras acciones que se desprendieron de la negociación, conversación o contactos (que cada uno use el eufemismo que quiera). No es de recibo, pues, que tanto Aznar, como Rajoy, como Cospedal, como Mayor Oreja, como el apuntador, se dediquen a negar aquello que no sólo está en las hemerotecas y en nuestra memoria (¡no nos tomen por tontos, por favor!), sino que es fácilmente encontrable en Youtube.

La derecha ha tachado a Zapatero y Rubalcaba de “amigos de la ETA” (incluso algún imbécil aquí en los comentarios a los artículos de opinión de ElPlural.com también me llamó “amigo de la ETA, como tu ZP [sic]”. La escenificación más obscena desde todos los puntos de vista, incluido el periodístico, la hizo recientemente Telemadrid, estampando un sello de la ETA sobre los rostros de Zapatero y Rubalcaba. Lo curioso es que hay quien encima dice (¡los políticos del PP y la gente que recibe sus mensajes como una hostia consagrada!) que Canal Sur es la tele del PSOE: ¿Juan Imedio, Irma Soriano, Jesús Quintero, María del Monte, Eva González...? Los informativos de Canal Sur son los que más tiempo le dedican a la información de sucesos: es una tragedia detrás de otra. Sin embargo, las televisiones públicas de los territorios donde gobierna el PP son profundamente políticas, pero sin la pluralidad exigible y obligatoria que ha de tener un medio de comunicación, especialmente si es público.

En materia económica, al PP le luce igual el pelo. No ha sido capaz de arrimar el hombro y se ha dedicado a enmarañar el panorama con insultos, medias verdades, populismo y caradura. Rajoy y los suyos han dicho que tienen la receta mágica, pero que sólo se la darán a España si tienen el poder; si no, no. Eso es obsceno también. Sin embargo, desde que hemos entrado en 2011 su estrategia ha cambiado, porque las mentiras tienen las patas muy cortas: ahora todo vale en materia terrorista y contra Manuel Chaves y sus hijos: nada hubo con respecto a Matsa (lo de la mina de Aguas Teñidas, en Huelva, y la hija del expresidente andaluz). Javier Arenas debería primero convencer sobre sí mismo, antes de vencer, algo que no ha logrado en las dos últimas décadas, ¡y así le va!

Es exigible más actitud democrática al PP, más responsabilidad social y política, porque está cometiendo excesos con duras consecuencias, que, repito, perjudican principalmente a los ciudadanos.
*Ígor R. Iglesias es periodista y lingüista


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