Un reciente tuit de @cafinitrina que decía: "Si nos juntamos treinta valientes podemos tomar el ayuntamiento de Valladolid y acabar con el alcalde al estilo Mussolini, con su Claretta Petacci y todo. No me hagáis caso, es que estoy conducien..." fue retuiteado inmediatamente por el grupo municipal del PP en el ayuntamiento de Valladolid. Antes de entrar en otras valoraciones, espero que la Dirección General de Tráfico esté ya investigando quién está detrás de este perfil de twitter, para hacerle llegar la correspondiente sanción por tuitear mientras conduce.

Al margen del aviso a la DGT, que hago de manera absolutamente altruista, el tuit, y aún más el retuit del PP, merecen una atención especial, porque se engloban en la orquestada campaña del partido que lidera (permítanme esta tonta gracieta) Pablo Casado. No es la primera vez, y estoy seguro de que no será la última, que el PP utiliza las redes sociales y los medios de comunicación afines (una amplia mayoría) para incitar a sus seguidores a perseguir al Gobierno.

Esta misma semana, el número dos de la actual dirección del PP, Teodoro García Egea, decía que: "Hoy a la vicepresidenta del Gobierno de España quiero decirle que siento mucho el mal rato que ha pasado y que le hayan tirado huevos y la (debería haber dicho "le", pero de castellano anda justito) hayan gritado, pero llevo mucho tiempo diciéndole que la calle no aguanta más/.../ y no aguanta 23 ministros que para lo único que sirve  (debería haber dicho "sirven") es para dificultar el crecimiento de la economía española. O bien cambia el rumbo, o no va a poder ni salir a la calle". Obsérvese que lo que empieza como una aparente declaración de apoyo es, en realidad, una amenaza.

Como la declaración de Egea se pueden encontrar decenas realizadas por dirigentes del PP, en las que animan a sus huestes a no reconocer la legitimidad del Gobierno surgido de las últimas elecciones. Lo que intentan decir a sus seguidores, y a sus hermanos de VOX, los dirigentes del Partido Popular es que ante un gobierno ilegítimo cabe una respuesta que no se enmarque en la legalidad. No sé si les suena a ustedes en qué otro momento de nuestra historia se utilizó este mismo argumento, pero si les sirve de pista estos días algunos están celebrando su 85 aniversario.

La urgencia de Pablo Casado por conseguir el poder al precio que sea necesario, le viene no de un enemigo exterior, sino del mismo corazón de su partido. Ayuso y Álvarez de Toledo amenazan su endeble y errante liderazgo de tal manera, que el estudiante de derecho más rápido de la historia está convencido de que perderá el duelo contra ellas si tiene que esperar a que Pedro Sánchez convoque unas elecciones generales.

Volviendo al tuit que inicia esta columna, y para quienes no estén familiarizados con la historia italiana de principios del siglo XX, les recuerdo que Benito Mussolini tomó el poder mediante una marcha contra el gobierno legal y legítimo de Italia y que murió, al final de la II Guerra Mundial junto a su amante Claretta Petacci, a manos de los partisanos cuando huía del país. Sus cuerpos se exhibieron colgados de los pies en la plaza Loreto de Milán. No queda claro si el PP, aplaudiendo el tuit de @cafinitrina, apoya la toma del Ayuntamiento (léase Gobierno de España) por la fuerza, el fusilamiento del alcalde de Valladolid y su esposa (quien dice alcalde dice presidente del gobierno) o ambas cosas.