El president de la Generalitat, no quiso asistir a la conferencia de presidentes convocada por Pedro Sánchez en San Millán de la Cogolla a la que solo faltó él. Incluso el lehendakari, Iñigo Urkullu, que había expresado sus dudas, acudió tras atar bien la bolsa económica de los asuntos propios de Euskadi con el Estado. ¿Por qué no quiso ir Torra?

Su decisión pudo estar relacionada con la presencia de Felipe VI, y como el president tiene elecciones autonómicas en el horizonte querría marcar  territorio frente a sus rivales: Saludar al monarca no debía darle puntos favorables. Perdió una ocasión importante para exponer los temas que interesan a Cataluña cuando la cogobernanza parece ganar terreno.

En San Millán de la Cogolla, Pedro Sánchez puso por delante la necesidad de corregir los desequilibrios entre territorios para afrontar la emergencia social y económica que supone el  COVID-19. Se refirió, como no podía ser de otra forma, a la “caída inédita” del PIB que entre abril y junio se hundió en un 18,5%. Y aunque vaticinó meses muy duros, mostró su absoluta seguridad en que “vamos a salir de esta”. Para conseguirlo, el presidente del Gobierno pidió cohesión.

Después, por parte de la oposición, Pablo Casado continuó en su línea habitual, calificando de lamentable que Sánchez “se aplauda” con los datos del PIB y del desempleo que alcanza a siete millones de personas. La ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, lo resumió así en una entrevista en la Ser: “El PP está en el no por el no. En vez de arrimar el hombro está confrontando en la crítica destructiva”.

La ministra rechazó también cualquier subida de impuestos que afectase a clases medias y trabajadoras pues la vía, dijo, es la justicia fiscal. Sobre el hecho de que la Comunidad catalana no estuviera representada en la reunión, que consideró injustificable, aseguró: “Quiero transmitir una absoluta tranquilidad a Cataluña ya que este Gobierno va a velar por sus intereses”.

Torra parece no tener en cuenta que Cataluña, junto con Aragón y Madrid, es una de las autonomías que más está sufriendo los rebrotes del virus, y argumentó su ausencia diciendo: “Mi deber es defender los intereses de los catalanes, no hacerme fotos sin sentido”. Esa decisión no  sentó bien en sectores económicos catalanes. La Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Catalunya (ConfeCat), lamentó esa ausencia reivindicando la “unidad política” como medio para poder resolver la dura situación del país y en particular la del sector que representan de forma mayoritaria.

¿Qué pensarán de esos devaneos los ciudadanos de Cataluña, los principales afectados con casi 80.000 casos de contagio y cerca de 5.700 fallecidos? Es lamentable y desde luego reprochable, la obsesión del president Torra por desmarcarse del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque resulte perjudicial para una autonomía tan afectada por la pandemia.