De la trayectoria política de Rubalcaba, los militantes socialistas tenemos tres momentos grabados en nuestra memoria colectiva. El primero, con los gobiernos de Felipe González, Alfredo fue uno de los artífices de las grandes reformas educativas y de ciencia que permitieron la inclusión de millones de ciudadanos en un sistema educativo de calidad y la construcción del sistema científico español. El segundo, como portavoz del grupo parlamentario socialista durante el primer mandato del Gobierno de Zapatero, defendiendo de forma brillante la acción del gobierno, y denunciando la masiva mentira que la derecha pretendió instalar con el terrible atentado del 11-M. El tercer momento es su eficaz actuación al frente del Gobierno en materia de Interior, con la persecución y el fin de ETA. Tres momentos de su trayectoria política que encarnan tres rasgos del socialismo español: nuestro compromiso con la igualdad de oportunidades, con la verdad y con la paz.
Para algunos, tener como tiene Rubalcaba una extensa y brillante trayectoria es un demérito, por eso proponen un cambio difuso, sin un horizonte preciso. Yo no estoy de acuerdo con esa moda. Como muchos otros, creo que la trayectoria política de Alfredo avala su solidez en el ejercicio de la política y demuestra que es el más capacitado para pilotar la nave del socialismo español, en un momento complejo pero apasionante como el actual. Por méritos propios Rubalcaba ha demostrado de sobra su capacidad política. Para ganar el futuro, los militantes socialistas nos merecemos a Rubalcaba.
Pedro Sánchez fue diputado socialista en el Congreso la pasada legislatura y es profesor de la Universidad Camilo José Cela en Madrid