Lo que más se estila entre la gente de bien en la actualidad es organizar fiestas "seguras" sin, según ellos, la posibilidad de contagiarse de Covid. Los invitados se hacen un pcr un par de días antes y se comprometen a permanecer aislados hasta el inicio, en el caso de que el test salga negativo, de la fiesta. El objetivo confesado es poder disfrutar plenamente del contacto con los demás como antaño, es decir, sin mascarilla. El inconfensable es demostrar al vulgo que cuánto mayor es una crisis, más notables son las diferencias entre los elegidos y el populacho.

Desafortunadamente para ellos, el dinero no siempre puede con todo y las leyes que rigen la biología no responden con exactitud al número de digitos que contiene una cuenta corriente. Así que, como demuestran Berlusconi o Briatore, los ricos también se contagian. Pero lo hacen con mucha más clase y dignidad que los pobres, a cara descubierta, junto a una piscina iluminada y con un gin tonic en la mano; y no, como la mayoría, con mascarilla del Mercadona y agarrados a las seis de la mañana a una barra del metro.

Otra cosa sería que las mascarillas en vez de costar unos céntimos por unidad, tuvieran un precio prohibitivo para el común de los mortales. En ese caso organizarían fiestas en las que el uso del tapabocas sería obligatorio incluso para las mascotas. Al finalizar la velada las caretas usadas se repartirían entre los necesitados del lugar y nuestras "celebritys" posarían ante las cámaras con nuevos modelos diseñados para marcar tendencia en las siguientes semanas.

Quienes creían que la pandemia iba a igualarnos en la desgracia, ha leído poca historia. En las guerras el índice de mortandad entre los que manejan el cotarro y los que son manejados, normalmente hipnotizados por los colores de una bandera, es infinitamente inferior. Una proporcionalidad casi idéntica a los beneficios que obtienen los primeros y los perjuicios de los segundos. Algo que, si no le ponemos mucho empeño a los que no tenemos otra opción que llevar mascarilla, se repetirá cuando el Covid sólo sea un peligro para quienes se examinen de historia.