Desde que la actual directora General de Tráfico, María Seguí, tomase posesión de su cargo, no ha parado en barras a la hora de menospreciar la labor de su predecesor , Pere Navarro, a quien, poco más o menos, vino a definir como un buen estratega de la mercadotecnia; o sea, de vender y venderse bien. Increíble falta de cortesía y de reconocimiento a un trabajo de eficacia demostrada, y al que se debe una muy buena parte del recorte en un 55% del total de fallecidos en accidentes de tráfico. Cifra esta que, por cierto, también pone en duda la señora Seguí.

De aquí que, enfervorecidos a la hora de denostar lo realizado por el anterior Gobierno, la iniciativa de Jordi Jané, ex presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, haya prendido con tanto agrado entre las filas del Partido Popular, donde comienzan a estudiarla de manera muy favorable. La única pega que, al parecer, le ponen es la de su posible impacto en el pago de derechos de emisión de CO2. Del posible aumento en el número de víctimas parece que se habla menos.

Siendo el de las víctimas, el de los muertos y heridos en las carreteras, en un alto porcentaje por culpa de la velocidad, el argumento definitivo y principal a tener en cuenta, los otros también deberían hacer pensar a los partidarios de la propuesta de CiU.

EL gran tijeretazo presupuestario en infraestructuras va a impedir demasiados arreglos en unas carreteras que cada día están más deterioradas. Pues bien, su mal estado es enemigo directo de un aumento de la velocidad de los vehículos que transitan por ella; así de claro y así de sencillo.

El incremento de la velocidad presupone un incremento en el consumo de combustible. Pues bien, eso no solo repercute en una mayor contaminación y, como hemos dicho del pago de derechos de emisión, si no, directamente en un considerable despilfarro energético: el precio de la gasolina bate records esta Semana Santa, elevándose hasta los 1,493 euros litro.

En fin, que en una época de crisis y de recortes, de lo poco que se pretenda aumentar sea la velocidad; ¡manda narices!

Victoria Lafora es periodista y analista política