El líder de la derecha llega muy tarde para presumir de tan hermosa bandera. También predica ahora la virtud de la austeridad exhortando a los suyos que la practiquen, por ejemplo, “en el ejercicio de control de las cuentas públicas”. Se refería –en rueda de prensa- a la gestión austera de Ayuntamientos, Comunidades autónomas, empresas públicas y, concretamente, fundaciones.

¿La austeridad?
Llama no poco la atención el hecho de que la austeridad no haya brillado precisamente en las administraciones públicas gestionadas por el Partido Popular. Sobresalen en este sentido el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Galicia. ¿Por qué Rajoy  ha dejado hacer desde 2004 hasta la actualidad? Quien pretende  instalar de inmediato la austeridad en las instituciones públicas –buscando así el voto de las generales de marzo- ha mirado hacia otro lado a lo largo de casi ocho años. Ésta es la realidad. Lo demás, un paripé.

El escándalo del Fundescam
¿Qué género de transparencia es la de Rajoy que, habiendo él aludido ayer explícitamente a las fundaciones, no tomó medida alguna cuando estalló el escándalo de Fundescam el año 2009? ¿Por qué Rajoy escondió entonces, bajo la alfombra de Génova 13, la transparencia y permitió de hecho que no se abriera investigación alguna, teniendo en cuenta además que Fundescam pudo tener extendidos algunos puentes con el tamayazo de 2003?

Hombre de Estado, no
Su peculiar transparencia le llevó a culpar a los socialistas alemanes del caso del pepino, según dijo a los periodistas. En cambio, eludió claramente anunciar que se pondría en contacto con Ángela Merkel, presidenta del Gobierno alemán, exigiéndole las debidas indemnizaciones tras lo sucedido con los pepinos de Almería. Rajoy ha demostrado que no es tan patriota como dice  y que no se atreve a indisponerse con Merkel. Es verdad lo que le ha increpado Alfredo Pérez Rubalcaba. Rajoy no se ha comportado como un “hombre de Estado”.

Es cinismo
En dos ocasiones, durante la rueda de prensa, Rajoy fue interrogado sobre  el affaire Gürtel. Por un oído le entró y por el otro le salió. La transparencia con la que se adorna el jefe de la derecha es sólo propaganda. Es humo. Es cinismo. Es una farsa más. Preguntado sobre si Franco fue un dictador o no lo fue, como ha dictaminado la Real  Academia de la Historia -copada por el aznarismo y los católicos integristas-, el líder popular subrayó que no entrará “en disputas”. Él no se moja nunca. A él lo que le gusta es jugar al timo de la transparencia.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM