Hoy voy a dedicar mi columna semanal a los bulos, las mentiras virales, algo de lo que yo sé más que nadie. En el fondo funcionan igual que la religión: son historias tan jugosas y os vendría tan bien que fueran verdad que las creéis a pies juntillas por muy absurdas e increíbles, que parezcan.

Y ojalá sólo las creyerais, es que además boca a boca, tuit a tuit, post a post, os lanzáis a difundirlas con verdadero fervor, incluso cuando ya han sido desmentidas varias veces. Da igual, como decía alguien, que la verdad no te estropee una buena historia.

Los bulos son como un virus que infectan las redes sociales. Su hábitat favorito es el Whatsapp, pero también se mueven de maravilla por Twitter, Facebook, Instagram…y muchas veces de ahí pasan a los medios convencionales: prensa, radio y televisión (cuando no es al revés). Vamos a repasar algunos solamente de esta misma semana. Para empezar, aquí vemos a Carmen Lomana difundiendo uno que haría las delicias de la Señora Franquista:

Por supuesto, se trata de un antiguo montaje con una actuación de 2012, pero esta trola es como yo, de vez en cuando resucita. Hablando de conciertos, seguro que ya conocéis el bulo más compartido de la semana: la falsa historia de los dos ancianos que se escaparon del asilo para ir a un concierto de heavy metal. ¡Una historia rebelde y entrañable! Como os digo, no se libra ni la tele, aquí vemos cómo cayeron en Zapeando:

Para empezar, ni eran ancianos ( 58 y 59 años) ni fueron al festival. Simplemente estaban esperando el autobús para regresar a la residencia, en una parada cercana al Wacken Open Air, el festival heavy más grande del mundo y ahora gracias a esta historia bastante más famoso que antes. Todo se debió al parecer a un mal entendido con la nota de prensa policial que acabó funcionando como el clásico juego del teléfono estropeado. Los bulos se nutren muchas veces de nuestros más bajos instintos. El racismo y la xenofobia son muchas veces un buen caldo de cultivo para ellos, como en este caso:

Pues no, no fueron refugiados los que rechazaron el piso, sino Cruz Roja, que lo desestimó porque no cumplía la condición necesaria de ser accesible para personas con discapacidad. Y la noticia, como de costumbre, es antigua, de 2015. Hay veces que la trayectoria de una persona le hace más proclive a ser protagonista de bulos. Es el caso de la vicepresidenta Carmen Calvo, famosa por sus ocurrencias. Pero no, tranquilos, que no ha pedido prohibir el queso de tetilla como se ha afirmado estos días. Se trata de una broma de El Pato Cojo, una web satírica:

Y para terminar, y hablando de políticos, esos seres que tanto apreciamos, este último vídeo que ha circulado como la pólvora y que no dejaba en muy buen lugar a nuestros diputados:

En efecto, como dice el tuitero, “lo de este país no tiene nombre”, pero se le olvidaba decir que ni se trata del DNI, ni el país es España, sino Ucrania. Nuestros diputados tienen lo suyo, pero esta vez eran inocentes, tal vez porque están de vacaciones y estamos fuera del periodo de sesiones. ¡Hasta el bulo que viene!