Este martes se ha dado inicio en el Congreso de los Diputados al grupo de trabajo sobre la desinformación y fake news propuesto por la ministra María Dolores de Cospedal dentro de la Comisión de Defensa. La primera reunión no ha estado exenta de polémica, ya que tanto Unidos Podemos como Ciudadanos han criticado el formato y el lugar escogidos para tal fin.

Irregularidades y opacidad

En una nota de prensa, la formación morada ha informado que su diputado Rafael Mayoral ha abandonado el grupo de trabajo criticando el informe del letrado del Congreso, que proponía este formato, asegurando que “lo que se nos está planteando no es una subcomisión sino algo irregular: reuniones de junta y portavoces en un supuesto grupo de trabajo. Si se quiere tener una comisión se tiene que asumir la responsabilidad política de proponer una subcomisión con luz y taquígrafos. Y no un grupo secreto a espaldas de la ciudadanía”, ha asegurado.

“Es absolutamente inadmisible que la Comisión de Defensa, que tiene que estar destinada a otras cuestiones, vaya a tratar derechos fundamentales de la libertad de expresión y la libertad de prensa”, ha expuesto también Mayoral, acusando a los presentes de querer legislar para aplicar la censura y coartar la libertad de expresión.

Sorpresa del PSOE

Pero la respuesta a estas acusaciones desde el resto de los grupos ha sido de absoluta incredulidad, ya que el objeto de este grupo de trabajo, como han afirmado varios de ellos a ElPlural, no es ni muchos menos legislar ni proponer sobre ello, sino llamar a diferentes expertos para “obtener información para saber cómo está la situación” de las fake news. “No puedes llegar y ponerte a actuar sin conocimiento de las cosas” ha explicado a ElPlural la diputada del PSOE en la comisión, Zaida Cantera.

La exmilitar, al igual que otros grupos, ha criticado que Mayoral no haya aparecido en ninguna de las reuniones previas preparatorias del grupo y que lo haya hecho este día para simplemente cargar contra todo y “faltando al respeto” a los diputados que lo componen.

Cantera ha relatado que en este grupo de trabajo no se va a legislar nada, “sólo escuchar” a los ponentes citados, que en el caso del PSOE son expertos en desinformación como la Agencia de Protección de Datos, el jefe de ciberseguridad de la CEOE, el general jefe del Mando de Ciberdefensa o las responsables de un grupo idéntico a nivel europeo, como son la presidenta grupo expertos Fake news Europa, Madeleine Cock Buning y la comisaria de Economía y Sociedad Digitales, Marita Gabriel.

Por otro lado, ante las informaciones sobre si iban a participar en el grupo altos cargos de medios de comunicación, los socialistas no han pedido la comparecencia de ninguno, pero avisan no tener “inconveniente en que pueda estar quien sea”. Ellos también han llamado a declarar a representantes de Google, Facebook, Twitter y WhatsApp en España.

Sobre las comparecencias, las mismas fuentes parlamentarias han confirmado que, antes de que llegase Mayoral a la reunión, el portavoz de Unidos Podemos había entregado también una lista de peticiones de comparecencia, dando a entender que sí iban a participar en el grupo de trabajo.

¿Por qué un grupo de trabajo?

El informe del letrado del Congreso recogía que esta figura del grupo de trabajo era la más idónea para comenzar la investigación de la Cámara en un asunto tan complejo, pero de tanta actualidad como la desinformación y fake news.

Los grupos no querían dejar pasar más tiempo para iniciarlo, ya no sólo por las “mentiras” del independentismo catalán que esgrimió el pasado diciembre la ministra de Defensa para proponer este grupo, sino por las continuas noticias que se publican sobre las injerencias de Rusia en las elecciones estadounidenses, el Brexit y además los trabajos que ya se están realizando a nivel europeo.

Además, no se podía crear una subcomisión ya que las normas del Congreso marcan un número limitado de ellas a la vez y actualmente están todas ocupadas y algunas en espera.

Sobre las críticas de Podemos, también se recuerda que las subcomisiones y ponencias (grupos más reducidos de trabajo que preparan los dictámenes para una comisión) son a puerta cerrada.

Ciudadanos ve intrigas dentro del PP

Sobre por qué se realiza este grupo de trabajo dentro de la Comisión de Defensa, más allá de que surgiese la petición de María Dolores de Cospedal, fuentes parlamentarias señalan que no se debe omitir que, por duro que suene, la desinformación es algo muy viejo que viene de la guerra de propaganda en las guerras mundiales, pero con las tecnologías de hoy en día, lo que se conoce como ciberguerra.

En este punto, además de Podemos, también Ciudadanos tiene sus reservas, ya que no considera Defensa “el ámbito donde debe abordarse la desinformación en los medios de comunicación”, afirmando que el propio jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) opinó lo mismo.

Los de Albert Rivera recuerdan que existe “desde hace meses una ponencia sobre ciberseguridad y fake news en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional” y que el grupo de trabajo que arranca ahora “ni siquiera ha sido aprobado por el Pleno”.

Por esto, Ciudadanos considera que “esta insistencia por derivar el asunto a Defensa nos suena a intrigas y peleas internas del Partido Popular, más que a la defensa de los intereses nacionales y de la seguridad de los ciudadanos. Hay que recordar que en Defensa la cabeza es Cospedal y Seguridad Nacional depende de la vicepresidencia del Gobierno con Soraya Sáenz de Santamaría, los dos bandos antagónicos dentro del Gobierno de Mariano Rajoy.

La propuesta de Cospedal

El pasado diciembre, la ministra de Defensa propuso la creación de este grupo por las “mentiras” que, a su juicio, ha estado vertiendo el bloque independentista catalán gracias a las redes sociales y a los medios de comunicación. Cospedal dijo que buscaba aglutinar a diputados y editores de medios para, “juntos”, luchar contra “la amenaza de la desinformación contra nuestra democracia” y así buscar “soluciones a la altura de este gran desafío”.

Esta propuesta llegó también poco después de que la agencia de noticias rusa Sputnik difundiera una broma de la que fue víctima la ministra de Defensa, en la que dos humoristas que se hacían pasar por miembros del Ministerio de Defensa de Letonia le informaban de que el expresidente catalán Carles Puigdemont es un espía ruso apodado ‘Cipollino’.