¿Favorece esto a España y, por ende, a los españoles? No, en absoluto. Entre otras razones, porque contradicen las evaluaciones recientes y positivas del FMI, Unión Europea (UE), Banco Central Europeo (BCE) y otros organismos que  han aprobado con holgura la evolución de la economía y las fianzas españolas.  Pero a Mariano Rajoy no le preocupa si estamos ahora mejor o peor desde la óptica económica y social. Su única y auténtica inquietud es derrotar el 20-N a sus adversarios como sea.

Cinismo colosal
Acostumbrados como están los dirigentes del PP a vulnerar la verdad para reinventársela a la medida de sus intereses electorales,  van voceando por doquier que no pueden trasmitir a los ciudadanos cuáles son los números de que disponen para paliar las necesidades más perentorias de los ciudadanos. Insinúan -sin tapujos y con un cinismo colosal- que ellos no se fían de cómo han administrado sus gastos, sus deudas y sus déficits los gobernantes actuales.

El profeta de todas las calamidades
Ayer, Esteban González Pons, el profeta de todas las calamidades –casi siempre más falsas que verdaderas-,  llegó a advertir de que teme que haya agujeros, se supone que negros, en la Administración del Estado.  No obstante,  prometió  no congelar pensiones ni bajar sueldos a los funcionarios públicos “sea cuál sea la situación de las arcas públicas”. Por consiguiente, la teoría del embrollo – que consiste en decir una cosa y la contraria a la vez- les va como anillo al dedo. Los socialistas engañan a la gente, mientras que los populares harán cuanto convenga para que España vuelva a la bonanza. Y si no se logra, los progresistas serán los culpables.

España no es una república bananera
En fin, no quieren reconocer que las cuentas del Reino de España o del Estado en todas sus versiones han sido auditadas de acuerdo con las leyes vigentes. El Tribunal de Cuentas revisa los números y con lupa cuando es preciso. Como lo han hecho hasta la saciedad desde los mercados y las agencias de calificación, así como los organismos antes mencionados. Esto, aunque le duela ahora a Rajoy, no es una república bananera y no estamos, por fortuna, en manos de piratas o cuatreros.

Los números reales no todos se enseñan
¿Y por qué la derecha no enseña de una vez los números reales de todas las Comunidades Autonónomas y Ayuntamientos que han venido siendo gobernadas, desde hace mucho más de una década, por militantes del PP? ¿Por qué no obliga Rajoy a Alberto Ruiz Gallardón o al ínclito Francisco Camps a enseñar cómo despilfarraban uno y otro, sin olvidarnos de Valcárcel o de Esperanza Aguirre? La política de los tramposos es una especialidad de  Rajoy.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM