En España se ha producido una cierta revolución en el sector financiero: ya no hay bancos y cajas, hay muchos matices.

En primer lugar, hay bancos que compiten en el mundo (ejemplo, Santander y BBVA); luego hay bancos prioritariamente domésticos (ejemplo, Popular y Sabadell) y luego están las cajas que tienen futuro y las que no lo tienen. Lo diré con prudencia: hay cajas que van a sudar tinta para conseguir los capitales precisos; hay cajas que van a tener que cerrar o venderse; y todas las cajas van a convertirse en bancos. Como ocurre siempre en la vida económica y empresarial, de esta crisis nadie sale igual que como entró.

Todas las personas sensatas tienen que aceptar que haya ayuda pública para salvar a ciertas empresas críticas para un sector fundamental, sea éste el automóvil, el agrario o el financiero. No pienso hacer ni la más mínima demagogia con la banca cuando no la hago con el coche eléctrico. Pero alguna normativa debe existir cuando el dinero público acude en socorro de un sector económico. O normativa moral. O normativa penal.

Estamos viviendo momentos de tensión con la deuda española. Seguro que, si el rescate de Grecia se soluciona definitivamente, las cosas irán mejor para todos nosotros. Pero podemos exigir y debemos exigir al mundo financiero que den ejemplo de eficiencia, de racionalidad y de moral.

Tenemos delante de nosotros a un presidente de un gran banco que pretende culpar “a los otros” de la crisis. Tenemos al presidente de un gran banco señalado con el dedo de la Justicia por defraudación a la Hacienda de su país. Tenemos a un consejero delegado de un gran banco condenado en firme por el Tribunal Supremo.

No podemos andar por este camino cuando el país entero quiere que se trabaje para conseguir una economía eficiente y competitiva.

Los bancos y las cajas, todos los bancos y todas las cajas tienen que dar ejemplo con una actividad empresarial eficiente e impecable.

No escribiré hoy ni una línea que se pueda interpretar como demagógica, pero tampoco acepto el silencio cómplice (aparentemente) de tantos textos de estos días.

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luissolana.com