El PP es participe lucrativo de la trama Gürtel tal y como ha sentenciado la Sección II de la Audiencia Nacional que ha juzgado la primera pieza de este escándalo de corrupción.

En inglés existe una expresión metafórica que dice, elephant in the room (elefante en la habitación) que se refiere a una verdad evidente que es ignorada, o a un problema que nadie desea discutir. Es decir, nadie podría evitar ver un elefante en una habitación, pero se prefiere cerrar los ojos para no afrontar el problema.

Es lo que ha ocurrido con el papel del partido de Mariano Rajoy Brey en la trama Gürtel. Cuando Don Mariano dijo en 2009 que toda la Gürtel era una conspiración contra el Partido Popular. Y añadió “Quiero afirmar, y el comité ejecutivo también, la honorabilidad de nuestro partido”. Ahora, los magistrados por mayoría, fuera del voto particular del presidente de la Sala cuya percepción es otra, dejan clara esa primera vinculación del PP, de los altos cargos del PP y de la trama de empresas con un ánimo espurio.

Las penas de prisión dictadas afectan a dirigentes populares Luis Bárcenas (y su esposa Rosalía Iglesias) con severas condenas de cárcel o la prisión decidida para Jesús Sepúlveda con multa añadida a su exmujer, la exministra Ana Mato, y otros políticos del PP, aparte de toda la parafernalia de quienes componen las empresas de Francisco Correa con la excepción en este caso de Álvaro Pérez cuyo papel los magistrados han considerado no lesiva.

Muy probablemente no figuren aquí todos los que son, aunque muchos han declarado ante el tribunal, incluso el propio Mariano Rajoy Brey. Tampoco el castigo para el PP es excesivo, una multa total de casi un cuarto de millón de euros, pero el toque de atención hacia quienes durante ese año componían el eje central del partido, es evidente. Es más, considero que todo esto puede ir más allá y no habría que descartar que en otros procedimientos vuelva a aparecer el PP y otros nombres similares o de la misma familia política.

Estos hechos probados coinciden con los nuevos términos que expertos juristas manejan en cuanto a la corrupción. Hablan de auténticas corporaciones en que se suman los intereses de las empresas a los de los partidos políticos contra lo que conviene a la sociedad. Esta alianza interesada entre instituciones y privados impone sus normas de mercado basadas en la eliminación de la competencia y la adjudicación de contratos públicos a esos socios en el delito obviando los mecanismos legales o sorteándolos.

No hay que olvidar que el PP jugó con ventaja y, además, en coincidencia con su participación en las elecciones. Según los hechos probados que cita la sentencia, parte de este dinero sirvió para “directamente pagar gastos electorales o similares del Partido Popular o fueron a parar como donaciones finalistas a la llamada Caja b del partido”, paralela a la oficial.

Si como señalan los expertos, la corrupción en su definición más simple consiste en el uso indebido de un cargo público con la finalidad de conseguir ganancias privadas o el abuso de las funciones públicas y, si una de sus fórmulas más comunes utiliza el proceso de contratación pública, la acción del partido de Mariano Rajoy Brey se recogerá en los libros de la carrera de Derecho.

Creo que, en este caso, con gran esfuerzo y no pocos quebraderos de cabeza, los magistrados de la Sección II de la Audiencia Nacional han concluido su trabajo de forma exhaustiva y ajustada a Derecho. Han vivido un proceso muy atropellado con recusaciones de determinados jueces al principio por su presunto buen ánimo hacia la formación juzgada; incluyendo la ruptura final de la Sala en cuanto a criterios y las presiones que, se supone, recibieron desde distintos ámbitos.

Desconozco si esos magistrados estarán ahora satisfechos con el resultado. Pero considero que lo que han logrado es crucial: han conseguido que el elefante esté a la vista de todos. Que nadie se llame a engaño.