La moción de censura la presentó Vox, pero la perdió Feijóo, y la perdió porque alguien que aspira a dirigir nuestro país no puede esconderse en los momentos importantes como hace siempre. La “operación fracaso” en la que derivó la moción de la extrema derecha se plasmó en un vergonzante pacto de silencio en el que Feijóo cumplió su parte.

Feijóo perdió la moción de censura porque no fue capaz de decir no a la ultraderecha. Cada día se difumina más con Vox, de hecho, si el símbolo del PP no fuese azul y el de Vox fuese verde, seríamos incapaces de distinguirlos. El expresidente gallego dice ir de “moderado”, pero ese cuento ya nadie se lo cree. Es bueno recordar que Casado en la anterior moción de censura presentada por Vox votó no a Abascal y le dijo: “No queremos ser como usted”, sin embargo, Feijóo no ha sido capaz de decírselo, porque sí es como él.

El presidente del PP, que no le tembló el pulso para votar no a la subida de las pensiones un 8,5% ni para rechazar la subida del Salario Mínimo ni para oponerse a más presupuesto para becas, sanidad o para el desarrollo de la Ley de Dependencia, no ha querido votar en contra de la moción de Vox. Y no es capaz de hacerlo porque Abascal y Feijóo tienen un acuerdo y una hoja de ruta establecida que comenzó cuando el expresidente gallego pactó y metió en el gobierno de Castilla y León a Vox; convirtiendo a esta región en la primera de Europa donde gobierna la ultraderecha. Y volverá a hacer lo mismo, todas la veces que sumen.

Feijóo perdió la moción de censura por una segunda razón, por incomparecencia, por no ir ni siquiera al debate. ¿Por qué en los temas importantes para nuestro país siempre se esconde? ¿Es que a Feijóo una moción de censura le deja indiferente? ¿Ni le va ni le viene? ¿Y así aspira a poder gobernar España?

Pero es llamativo que la desaparición de Feijóo se haya iniciado en el momento en que vuelven a aparecer las fotos con sus “amistades peligrosas”. Lo mismo alguien le habrá recomendado que se quite de en medio durante un tiempo a ver si lo de las fotos se olvida. ¿Pero de verdad piensa el líder del PP que gana más callado y desaparecido que liderando el debate político?

¿Por qué no aprovechó el PP para explicar a los españoles su visión de país, y contrastarla con la del Gobierno? Pues porque para presentar un proyecto político, primero hay que tenerlo. Y tras la moción de censura se ha comprobado como Vox solo tiene ideas extemporáneas, pero Feijóo, ni siquiera eso.

El expresidente gallego también perdió la moción de censura porque Pedro Sánchez le ha vuelto a ganar la partida. El Gobierno progresista lo ha arrollado. El presidente del Gobierno ha aprovechado la moción para explicar lo realizado, que es mucho. Han sido más de 200 iniciativas legislativas las que ha sacado adelante en algo más de tres años de legislatura a lo que se unen tres Presupuestos Generales aprobados en tiempo y forma, en un momento tan difícil, primero con la pandemia y ahora con la guerra en Ucrania.

El presidente Pedro Sánchez ha aprovechado para poner en valor hitos como la reciente reforma del sistema de pensiones que garantiza el presente y el futuro de nuestros pensionistas; también ha destacado la subida del Salario Mínimo Interprofesional, el Ingreso Mínimo Vital o la inversión histórica en becas. Además ha resaltado que hoy hay un millón de empleos más que antes de la pandemia y se amplían 150.000 afiliados más este mes alcanzando ya los 20,5 millones de afiliados y afiliadas a la Seguridad Social.

Y no hay que olvidar las cifras de crecimiento económico muy por encima de la media europea. Recientemente tanto la OCDE como Funcas han mejorado las previsiones de crecimiento del PIB español para 2023. Y España lidera la ejecución en Europa de los fondos europeos de recuperación, unos fondos que peleó, defendió y consiguió el presidente Pedro Sánchez.

La verdad es que Vox nunca se planteó en serio la moción de censura. Sus ideas y las del candidato no coincidían y una moción de estas características debe ser siempre algo constructivo donde se plantea una alternativa de gobierno, pero no lo hicieron. El presidente Pedro Sánchez ha aprovechado el debate para retar a Vox a que dijera una sola medida que hubiesen propuesto para mejorar la convivencia de España, pero el líder de la ultraderecha desde la tribuna no supo decir ninguna.

El presidente del Gobierno describió con trazo nítido que el país que defiende Vox fiscaliza y extorsiona a las mujeres que tienen embarazos no deseados; lamina el derecho a la eutanasia; anhela una sociedad homófoba que no reconozca el matrimonio igualitario; niega la infamia de la violencia machista y es un partido que tiene como proyecto para el país la educación segregada entre niños y niñas. Una España con el PIN parental. Y este es el modelo de país con el que pacta Feijóo.

La moción de censura ha terminado siendo una retahíla de insultos, falacias, inexactitudes y datos falsos desplegados por la extrema derecha. Abascal no le gustó ni a Tamames, quien no paraba de mirar su reloj durante su intervención y ni siquiera le aplaudió al final. Aunque Tamames sí consiguió algo que nadie había hecho hasta ahora, logró que Abascal se sentara en su escaño durante más tiempo del que había estado en lo que va de legislatura. Pero a Vox le ha salido muy mal la jugada, porque la democracia ha salido al rescate contra la ultraderecha.

Lo que ha quedado muy claro tras el debate es que frente a un Gobierno progresista que da estabilidad y trabaja por el bienestar de la gente que cada mañana se levanta para ir a trabajar solo hay una ultraderecha sin ideas y un PP ausente sin más proyecto que impedir que España avance.

Miguel Ángel Heredia Díaz
Portavoz Adjunto de la Dirección Socialista en el Senado, Portavoz de Hacienda y Senador del PSOE por Málaga