Nada nuevo bajo el sol. Basta ver la película de Phillida Lloyd La Dama de Hierro, en la que la nuevamente oscarizada Meryl Streep da vida a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, para comprobar hasta qué punto el actual Gobierno del PP sigue fielmente los pasos dados entre 1979 y 1990 por el Gobierno conservador británico. Siguen lo que Naomi Klein definió certeramente como "estrategia de choque" o "doctrina del shock", implantada con mano de hierro por Margaret Thatcher ante una izquierda muy debilitada, tanto en su versión política, la del Partido Laborista, derrotado contundentemente en las urnas, como en su versión social, sobre todo la de las Trade Unions, los otrora poderosos sindicatos británicos.

Al igual que Margaret Thatcher hizo en Gran Bretaña hace ya más de un cuarto de siglo, es evidente que Mariano Rajoy está dispuesto a aplicar en España esta "estrategia de choque". El Gobierno del PP, en contra de todo cuanto anunció y prometió hace tan sólo muy pocos meses, durante la pasada campaña electoral, está aplicando ya esta "estrategia de choque". Y lo hace sin ningún tipo de complejos, con el progresivo desmantelamiento de todo el marco de relaciones laborales hasta ahora existente en nuestro país y con el recorte descarado de todo tipo de prestaciones sociales, especialmente en sectores públicos tan básicos y sensibles como son la educación y la sanidad, así como en pensiones y subsidios.

Algo muy similar sucede también en Cataluña, donde el Gobierno nacionalista presidido por Artur Mas está aplicando también esta “estrategia de choque”. En ambos casos se trata de unas políticas económicas y sociales fuertemente ideologizadas, basadas en la convicción neoliberal de que deben desaparecer por completo las políticas económicas keynesianas, debe reducirse e incluso anular la influencia de los sindicatos en la negociación laboral y debe procederse al recorte sistemático del Estado del bienestar creado con grandes esfuerzos durante las últimas décadas, así como a la desregularización del sector financiero y a la reducción drástica de la intervención del sector público.

Con este programa neoliberal y monetarista, paralelo al impuesto en Estados Unidos por Ronald Reagan en la misma época, aumentaron los conflictos sociales, creció el paro, cerraron muchas empresas y entidades financieras, y Gran Bretaña entró en una grave crisis interna. Este parece ser el objetivo final de las políticas económicas y sociales del Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy.

Jordi García-Soler es periodista y analista político