Dar por finiquitada esta tan exitosa coalición senatorial ha sido una de las primeras decisiones políticas anunciadas por la nueva dirección de ERC. Tras los importantes descalabros electorales sufridos por este partido en los últimos comicios autonómicos y municipales, que le comportaron la pérdida de cerca de la mitad de sus votantes y pasar de la tercera a la quinta posición en el Parlamento de Cataluña, ERC intenta recuperarse con un nuevo ejercicio de deconstrucción interna. Conviene tener en cuenta que ERC fue ya quien, presidida por el recientemente fallecido Heribert Barrera, sumó sus votos a los de la suarista Unión de Centro Democrático (UCD) para investir a Jordi Pujol como primer president de la Generalitat después del restablecimiento de la democracia, en 1980, cuando hubiese podido facilitar la investidura del socialista Joan Reventós. Barrera fue descabalgado de la dirección de ERC por Joan Hortalà, que incrementó hasta tal punto su alianza con Pujol que terminó formando parte de la dirección de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), cuando ya había sido descabalgado también del liderazgo de ERC por Àngel Colom, que también milita ahora en CDC, tras haber protagonizado una efímera y nada exitosa experiencia al frente del Partit per la Independència (PI), creado después de que Josep Lluís Carod Rovira le sustituyera en la presidencia de ERC y marcara un claro giro a la izquierda, concretado en los dos gobiernos de la Generalitat formados por PSC, ERC e ICV-EUiA bajo las presidencias de los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla. Joan Puigcercós, que mantuvo esta misma línea, ha sido reemplazado ahora por Oriol Junqueras, eurodiputado y alcalde de Sant Vicenç dels Horts, cargo éste al que accedió en las últimas elecciones municipales.

El giro impuesto en ERC por la nueva dirección presidida por Oriol Junqueras viene acompañado por un mayor énfasis en la opción inequívocamente independista de esta formación y por la voluntad de aglutinar de nuevo a los sectores escindidos de ERC durante los últimos años, fragmentados ahora en partidos de reciente creación como Solidaritat Catalana per la Independència (SI) y Reagrupament. Ya bajo la presidencia de Puigcercós, en las últimas elecciones municipales, ERC apostó por esta opción, con un resultado nada positivo en la ciudad de Barcelona: su coalición Unitat per Barcelona perdió cerca de 20.000 votos respecto a los comicios anteriores, pasó del 9% al 6% y perdió tres de sus cinco concejales, quedándose sólo con dos, y uno de ellos, el ex presidente del Barça Joan Laporta, ha acabado yendo por su cuenta, como ha hecho también en el Parlamento de Cataluña tras separarse de sus compañeros de SI.

Jordi García-Soler es periodista y analista político