Me llama la atención el esfuerzo que durante los últimos días están realizando las derechas extremas y las extremas derechas que representan al unísono PP, Vox y Ciudadanos para generar un clima de crispación ciudadana, enfrentamiento entre territorios y alarma social.

Ayudados por sus voceros mediáticos pretenden intoxicar a la opinión pública con falsos relatos cuyo único objetivo es esconder la verdad, la realidad distinta que se vive en España frente a la que inventan PP, Vox y Ciudadanos.

Todos esos exabruptos, insultos, calumnias y mentiras que escupen a diario los señores y señoras Feijóo, Abascal, Gamarra, Bendodo, Arrimadas o Espinosa, pretenden, sin duda, tapar noticias muchos más importantes y relevantes que salen del Gobierno de España.

Noticias más importantes y más relevantes, por cuanto afectan positivamente al conjunto de los ciudadanos y, ya se sabe, que lo que es bueno para España es malo para los intereses del PP, de Vox y de Ciudadanos, o al menos ellos así lo consideran a tenor de su sobreactuación tanto en las instituciones como en la prensa.

Por citar un ejemplo, esta semana hemos conocido que las medidas adoptadas por el Gobierno de España están doblegando la curva de los precios. La inflación ha seguido reduciéndose en noviembre hasta el 6,8%, según ha confirmado el INE, lo que supone una disminución de medio punto respecto a octubre y la menor tasa desde febrero.

La inflación subyacente se estabiliza en el 6,3%, nivel similar al de los meses anteriores y en cuatro meses la inflación se ha reducido cuatro puntos, de forma que España se sitúa como uno de los países con una disminución más rápida e intensa de la Unión Europea.

España está doblegando la curva de la inflación, gracias la eficacia y efectos positivos de las medidas adoptadas por el Gobierno, desde el mecanismo ibérico a la gratuidad del transporte público, hasta llegar al país de la eurozona con el IPC más bajo.

En contraste con las habituales subidas de precios de noviembre, el IPC registró una caída intermensual de -0,1%, explicada fundamentalmente por la electricidad y los alimentos no elaborados. En noviembre han seguido reduciéndose los precios de los carburantes y de la electricidad y España mantiene un diferencial favorable en la inflación armonizada de 3,3 puntos, lo que favorece la competitividad de nuestras empresas.

Es cierto que todavía queda mucho por hacer para recuperar los niveles de inflación previos a la crisis energética y a la crisis de la guerra de Putin en Ucrania pero el camino, aunque moleste al PP, Vox y Ciudadanos, está trazado.

Los máximos “irresponsables” del PP, Vox y Ciudadanos han tenido que modular su discurso “estratégico” hasta posiciones mucho más extremistas, a la par que irracionales. Hace apenas dos meses los profetas de las derechas de este país “vaticinaban” un otoño “apocalíptico” en el que la economía se iba a hundir, el paro iba a subir, la inflación se iba a desbocar y todo se iba a sumir en el caos.

Anunciaban los responsables del PP un “otoño caliente”, más bien deseaban que los datos económicos fueran los peores posibles para que llegara ese otoño caliente con el que seguir insultando, calumniando y difamando al Gobierno de España. Otoño caliente que no ha llegado.

Paralelamente los voceros de Vox, nostálgicos del 36 como recientemente cantaban en su cónclave, andan en algo parecido a una moción de censura contra el Gobierno. Ellos saben a lo que andan porque han tenido buenos maestros ideológicos del golpismo, el franquismo o la represión criminal de la dictadura.

Y los que quedan de Ciudadanos pues un nuevo episodio del ridículo que llevan haciendo casi desde que se constituyeron como marionetas del PP, ahora sumidos en un enfrentamiento interno que, por su composición numérica, se asemeja más a las discusiones de escalera que de un partido político que aspiraba a ser la regeneración, o eso al menos decían.

En realidad todo es una sobreactuación para esconder la verdad de los datos económicos del Gobierno. En el caso del PP, especialmente, también para tapar su corrupción sistémica y su vergonzante vocación golpista hacia la Constitución impidiendo la renovación del poder judicial.

Es necesario recordarlo siempre porque es la verdad. Las derechas de este país tienen mucha prisa por llegar al Gobierno para recuperar la llave de la caja, porque pretenden hacer de los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia nuevos casos de corrupción, de expolio del Estado y de desfalco del dinero público. Y para ello vayan las cosas mal o bien, tienen que atacar y destruir todo lo que haya que atacar y destruir para conseguir su objetivo, aunque ello suponga poner riesgo la Democracia, el Estado de Derecho y el bienestar de los ciudadanos.

Para el Gobierno de España y para el PSOE la lucha contra la corrupción es fundamental, mucho más que una seña de identidad, y, por ello, la reforma del Código Penal planteada no despenaliza ninguna forma de malversación, crea la nueva figura de desvío presupuestario irregular, y endurece el tratamiento y la persecución a los corruptos. España quedará alineada con los países de nuestro entorno y se mantienen los compromisos que el PSOE había expresado, que no haya ningún beneficio a los procesados o condenados por corrupción y que todo uso irregular e indebido de fondos públicos quede sancionado.

Hasta la fecha el único referéndum ilegal en Cataluña se ha celebrado bajo un Gobierno del PP, Gobierno corrupto presidido por Rajoy, pero Gobierno de España, al fin y al cabo, en ese momento. En 2018, Cataluña vivía una profunda crisis territorial, una importante ruptura con el resto del país que ahora, afortunadamente, no vive.

También hay que recordar al PP que se vio obligado a dejar el Gobierno tras ser condenado por corrupción. Y también hay que recordarle al señor Feijóo que él y su partido son los únicos responsables del bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Lo demás es mentir, calumniar y difamar. Es intentar ocultar la verdad y la realidad que se vive en España.