Es verdad que Carlos Slim y la Caixa ya venían encamados a través de la compra por parte de esta de 1.500 millones de euros del 20 por ciento de Inbursa, filial financiera del primero. Slim era ya, desde el año pasado consejero de Criteria el holding industrial de la caja.

Por tanto que ahora Slim compre 900.000 acciones de Caixabank, el banco en que se convertirá la primera caja española, con un desembolso aproximado de 170 millones de euros, está en el orden natural de las cosas.

Es lo menos que podía hacer el rey Midas mejicano quien, por cierto, lleva una década mareando la perdiz para entrar en los negocios hispanos.

No obstante resulta chocante que el hombre más rico del mundo, acreditado por 74.000 millones de dólares de patrimonio, que compite con Telefónica a cara de perro en toda Latinoamérica, entre en el capital de la nueva Caixa.

Es chocante porque la caja catalana, la primera en dimensión y resultados es accionista de referencia de la primera multinacional española.

Es el segundo propietario de Telefónica con el 5.2 por ciento del capital de la misma, muy cerca del BBVA que posee el 5.5, lo que le ha proporcionado al presidente de la caja, Isidro Fainé, la vicepresidencia de la compañía.

Se da además, legítimamente, la circunstancia, dicho sea “sin acritú”, que Felipe González es un gran amigo de Carlos Slim a quien ha abierto, consecuentemente, puertas estratégicas con distintos presidentes latinoamericanos, con los que el ex presidente español ejerce una notable influencia, en detrimento de Telefónica.

Por cierto, últimamente se ha hablado que la amistad de González con Slim y con Juan Luis Cebrián podría traducirse en una entrada del mejicano en el capital de Prisa tal como ha entrado en The New York Times donde ha comprado el 6.4 por ciento del diario por 123 millones de dólares convirtiéndose en el tercer accionista. Pero esa es otra historia.

Se da la legítima circunstancia de que González ha sido recientemente nombrado consejero de Gas Natural, la gran compañía patrullada por La Caixa.

Algo tan legítimo como que José María Aznar sea consejeros de Murdoch y asesor de Endesa para América Latina, Luis de Guindos consejero de esta compañía, Pedro Solbes de Enel, Ángel Rojo del Banco de Santander, Javier de Paz de Telefónica y que Narcís Serra tenga un buen acomodo en esta compañía.

En todo caso, sea bienvenido Carlos Slim a Caixabank de la que se convertirá en el segundo accionista aunque a mucha distancia del primero, la propia Caixa, cuya participación mayoritaria que nunca bajará del 70 por ciento tiene garantizado el control.

José García Abad es periodista y analista político