Durante la Semana Santa, las excursiones a pié o en bicicleta son una buena forma de disfrutar del aire libre y el contacto con la naturaleza, y en ese sentido los senderos de gran recorrido y las vías verdes pueden ser la mejor alternativa para adentrarnos en nuestros paisajes naturales de una manera cómoda y respetuosa con el medio ambiente.

Las vías verdes suman cerca de dos mil kilómetros de antiguas infraestructuras ferroviarias, hoy en desuso, que han sido reconvertidas en cómodos itinerarios perfectamente equipados para practicar el ocio activo y el contacto con el aire libre.

Se trata de una propuesta ideal para disfrutar durante estas fechas, una actividad totalmente gratuita y dirigida a todos los públicos: cicloturistas, senderistas, excursionistas o paseantes en general, incluso en el caso de personas mayores o con movilidad reducida, pues los itinerarios son de escasa elevación, perfectamente adaptados y bien señalizados. Las rutas de las vías verdes se pueden complementar con la excelente oferta de turismo rural que todas las comunidades españolas ofrecen a los viajeros.

Pero, en cualquier caso, tanto si hacemos uso de esta excelente alternativa de acceso a la naturaleza, como si practicamos un excursionismo más agreste y aventurero, conviene tener presente una serie de medidas de prevención y vigilancia destinadas a evitar alteraciones involuntarias de los ecosistemas y daños directos a la flora y la fauna que vamos a visitar.

De lo que se trata es de actuar en el campo como lo hacemos en nuestro propio hogar: entender que todo cuanto nos rodea ahí fuera merece el mismo respeto que la más valiosa de nuestras propiedades.

Ejercer como excursionistas responsables: ser conscientes de que el paisaje que nos acoge es patrimonio de todos y que, tal y como señala el Artículo 6 de nuestra Constitución, así como todos tenemos derecho a disfrutar de él, también es nuestro deber conservarlo.

No debemos olvidar que en esta época del año (del 15 de marzo al 15 de octubre) está rigurosamente prohibido encender fuego en el monte, salvo en aquellas áreas señalizadas y acondicionadas para ello.  De igual modo, la acampada libre no está permitida en ninguna comunidad autónoma española, en su lugar los campings autorizados en plena naturaleza, los refugios de montaña y las casas de turismo rural son el destino ideal para aquellos que quieran alargar su estancia más allá de una jornada.

En todo caso si planificamos una excursión con el ánimo de comer en el campo es necesario que prestemos una especial atención a evitar el abandono de residuos.

Antes de repartir los alimentos en las bolsas y mochilas nos preocuparemos de coger una o varias bolsas de basura para que todos puedan depositar los residuos generados durante la salida.

Si optamos por transportar alimentos frescos hay recordar que la popular fiambrera es el envase más ecológico, mucho antes que los recipientes de un solo uso. Las latas, los botellines de plástico y los minibrics pueden ser sustituidos por la tradicional cantimplora, caída en desgracia desde que nos inundaron este tipo de envases que están causando la grave contaminación por plástico que sufre el planeta. 

No olvidemos que una simple botella de plástico abandonada en el campo permanecerá inalterable durante siglos, contaminando el entorno y dando testimonio de nuestra desidia.