El sucesor popular de Aznar es Mariano Rajoy, que no quiere ser menos que su padrino en el ámbito del patriotismo de hojalata. Desde el inicio mismo de su investidura, el grito histriónico de ¡Gibraltar español! comenzó a expandirse por doquier y sin éxito alguno. Antes que ninguna otra cosa, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que parece extraído de la Restauración canovista, emprendió su cruzada gibraltareña. Sin embargo, en el Foreing Office no dejaron los funcionarios por ello de tomar, más que tranquilos, el té a media tarde.

Un remedo del pasado
Este Gobierno huele a naftalina, es un remedo del pasado y está compuesto  por no poca carcunda. García-Margallo se autodefine  así: “Yo soy un señor muy corriente, católico, monárquico, de centro”. ¿Pero usted cree, Sr. ministro, que en España ser “monárquico” es “muy corriente?”. ¿Y ser de centro, también es “muy corriente?”. En el interior del PP, lo “corriente” no es, por cierto, ser de centro, sino ubicarse en el límite de la derecha extrema o extrema derecha, tanto monta, monta tanto.

¡Grecia, culpable!
El otro día, García-Margallo señaló que, en la actual coyuntura económica, cuando cada día que transcurre vamos a peor, Grecia es la culpable. Ramón Serrano Suñer, el cuñado falangista  del dictador, pronunció ante los supuestos voluntarios de la División Azul, capitaneada por el general Agustín Muñoz Grandes, una frase similar: “¡Rusia es culpable!”. Y es que la derecha española, la franquista y la popular, tiende siempre a culpar a los demás de los males propios.

“Como fruta madura”
En la época posterior a la guerra civil, Gibraltar se convirtió en un acicate para el presunto patriotismo de los vencedores. El Caudillo vaticinaba constantemente que “Gibraltar caerá como fruta madura”, mientras los del ¡Cara al Sol! y los de ¡por Dios, por la Patria y el Rey! rugían insultando a Gran Bretaña, a la que llamaban despectivamente  la pérfida Albión.

La Reina Sofía, castigada
¡Cuánta estolidez, en nombre de la patria, la del Gobierno Rajoy! Estúpida decisión de García-Margallo. La Reina Sofía se quedará castigada sin acudir al Castillo de Windsor y a  la cena en el Palacio de Buckingham con motivo del 60 aniversario de Isabel II en el trono, como protesta por los últimos roces con el Peñón. En Argentina, la presidenta Kirchner le hizo con su nacionalización un corte de manga al ministro español García-Margallo que dijo bravucón que Argentina se había disparado un tiro en su pierna.

Marca y puro
En Bolivia, más de lo mismo. Y ahora jugamos a romper lazos con los británicos soñando con Gibraltar español. Si todos estos disparates cutres los hubiera protagonizado Zapatero, a estas horas ya lo habrían fusilado desde la Brunete Mediática. Rajoy, en su mesa de la  Moncloa, lee Marca y, mientras,  se fuma un puro.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM