El gurú económico de Pablo Casado, Daniel Lacalle, la ha liado el pasado fin de semana a cuenta de las pensiones. Si bien es verdad que en las formas hubo alguna interpretación errónea, en el fondo, su ideario al respecto es tal como lo describen los, según él, mentirosos y manipuladores.

Él dice que de ninguna manera quiere recortar las pensiones. Pero al mismo tiempo defiende el modelo sueco, un modelo mixto, en el que el pensionista cobra una parte de pensión privada, para la que estuvo ahorrando y, otra parte menor, pública. Es decir que, aunque lo niegue, es un recorte en toda regla. ¿Y por qué Suecia, un país con una gran tradición socialdemócrata, recurre a este sistema? Porque viven una realidad económica distinta a la de España. El sistema sueco no es extrapolable a nuestro país. Al menos, no con los mismos resultados. Para tener un rendimiento similar, los salarios deberían ser bastante más altos y la cotización bastante más regular.

El salario medio en Suecia es, aproximadamente, el doble del de España y la precariedad laboral de nuestro país hace que las cotizaciones sean irregulares. Es normal que los amiguetes de Lacalle estén encantados con el sistema sueco, porque en sus casos, funcionaría de maravilla. Ya sabemos que son patriotas a tiempo parcial. A la hora de las banderas, los primeros. A la hora de una sociedad española económicamente sana, ya no tanto.

Señor Lacalle, no mienta, algo que parece que le gusta hacer demasiadas veces. Usted quiere un recorte de las pensiones, aunque ahora acuse a todo el mundo de malinterpretarle. Usted es un digno representante del PP de Aznar y de Esperanza Aguirre, al que se aferra su nuevo líder, Pablo Casado. Pero España ha cambiado. Todavía hoy se recuerda aquella intervención en el Congreso del diputado Alejandro Ballesteros, en la que dijo que “Operación Triunfo representa el ideal de los valores de la juventud que defiende el PP”.  Pues bien, los valores de los actuales triunfitos ponen los pelos de punta a su partido.

Y si España ha cambiado, los votantes también. Defiende usted a un PP que se hunde en las encuestas y que se aferra a la posibilidad de una suma de derecha y ultraderecha que pueda auparle al Gobierno.

Así como Adolfo Suárez Illana habló de más cuando se refirió al aborto, usted lo hace cuando habla de las pensiones. No son erratas. Son deslices freudianos que acaban por sacar a la luz la verdad que quieren ocultar a los votantes.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com