Conocí a Jesús Quintero hace unas tres décadas. Estaba en su apogeo de popularidad e influencia y ya lo tenía mitificado por un programa que yo, niño raro, veía de adolescente en Canal Sur; un mano a mano entre el periodista y el escritor cordobés Antonio Gala, que acaba de cumplir 92 años, por cierto, frágil de una mala salud de hierro siempre, y olvidado de sí y de casi todos. Ingratitudes de nuestros tiempos líquidos que ensalzan descerebrados y olvida intelectuales. Fue por mi relación con Gala, precisamente, que pude acercarme a la intimidad del “Loco de la Colina” y adivinar, entre sus mucha vida y experiencia, más inseguridades que aparentes certezas. El tiempo nos alejó luego, y volvimos a tener contacto cuando apareció mi novela testimonio “Los Amores Oscuros”, y toda la polvareda levantada que unos trataron de silenciar y otros de apropiarse, todavía hoy, llamó su a tención. Hablamos, con la mediación de un viejo amigo y compañero mío de la facultad en Cádiz que trabajaba con él, de la posibilidad de hacer unos programas, unas entrevistas, hablando de la historia, de Lorca, de Andalucía y su cultura y Caínes. Pero no cuajó. Estaba ya asediado por las deudas, la falta de apoyos profesionales, aunque nunca de ganas de hacer, ni de ideas. La última vez que lo vi fue en Sevilla, en diciembre de 2017 en el teatro Central, donde representamos, precisamente, mi versión teatral de Los Amores oscuros, por el 90 aniversario de la Generación del 27.  Junto a su mano derecha entonces, María Indiano, y una de sus protagonistas, Clara Montes, que cantó en directo durante muchos de sus programas, compartimos de nuevo ideas, propuestas e ilusiones. Luego la pandemia, que tanto le afectó, y que nos ha afectado a todos en realidad, aún no sabemos cuánto, desde luego a muchos que ya tenían la cabeza medio perdida se las ha terminado de perder, acusó más el deterioro de un loco siempre cuerdo y lúcido.  

El periodista y presentador, conocido como El Loco de la Colina, por el nombre del mítico formato que se emitió en RNE entre los años 1980 y 1982, ha fallecido este lunes a los 82 años. Ha sido en su querido Cádiz, tras sufrir afecciones respiratorias y problemas cardíacos.  Debido a su delicado estado de salud, Quintero había ingresado en una residencia de ancianos en la localidad gaditana de Ubrique a principios de septiembre, según anunció entonces su familia. Este mismo año, el periodista aseguraba en una entrevista en prensa que no pensaba en la retirada aunque había tenido que permanecer alejado de la profesión por sus problemas médicos: Que estaba en su mente regresar al periodismo: “Tengo muy claro que quiero seguir. Quiero tener mi propia radio y también mi propia televisión”.

Nacido en San Juan del Puerto (Huelva), donde se ha abierto la capilla ardiente, comenzó su actividad profesional en Radio Popular de Huelva. Además, trabajó en Radio Nacional de España en Huelva, Centro Emisor del Sur de Radio Nacional de España, Radio Nacional de España en Madrid, Cadena SER, Televisión Española y en producciones independientes para TVE y Canal Sur Televisión. Quintero también ha sido creador y director General de Radio América, de la productora de radiotelevisión Babilonia y de otras productoras de radio y televisión como El Silencio, una de las mayores características de sus entrevistas. En su currículo, el presentador puede presumir de haber hecho historia con varios formatos míticos: Estudio 15/18El hombre de la roulotte Tres a las tres. Además, consiguió entrar en la memoria colectiva y cultura española con sus entrevistas en El loco de la colina, un programa que creó escuela y cambió la forma de hacer periodismo en radio, con dos temporadas más tardes para televisión. Jesús Quintero tenía el sello inconfundible del periodista de las viejas escuelas, armado de intuición y pericia para sacar de los entrevistados lo que, a menudo, ellos jamás pensaron que contarían. Entre los rostros conocidos que desfilaron por este programa, destacan la última entrevista que concedió, antes de fallecer, Rocío Jurado, así como las confidencias más personales de Felipe González, Julio Anguita, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Antonio Banderas o Mario Vargas Llosa, entre muchos otros. Además, el espacio contó con las actuaciones musicales en directo de Luz Casal, Clara Montes, Amaral, Falete, Noa o Niña Pastori. Entre tantos locos dañinos, esos que destruyen y matan esposas, novias, madres, hermanos, o invaden países, que luego tratan de suicidarse sin conseguirlo la mayoría de las veces o por accidente tras dejar sufrimiento y dolor, hay otro tipo de locos. Locos cuerdos, lúcidos, sabios…Locos que, con sus defectos, como los tenemos todos, han dejado un legado, han construido algo, han dejado memoria y conocimiento a disposición de los que quieran acceder a él. Entre sus últimas apariciones, y con respecto a la locura de las redes sociales y sus protagonistas, de la banalidad de nuestros tiempos,  afirmó: “Siempre ha habido analfabetos; pero la incultura y la ignorancia se habían vivido como una vergüenza. Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en toda su vida”. Así es, maestro. Y cuerdo en su locura lo recordaremos frente a otros locos de manual, superficiales, frívolos y, sin embargo, ensoberbecidos de maldad y estupidez.