1.Entre 2007 y 2010, la crisis económica ha implicado una rebaja de la Renta Nacional Disponible por habitante del 9%, en términos reales. Entre 1995 y 2007, el crecimiento no se tradujo ni en una disminución de la pobreza ni en un mejor reparto de la renta.

2.La distancia entre el 20% de la población más rica y el 20% más pobre pasó del 5,3 (2007) al 6,9 (2010), el mayor aumento registrado en la UE-27. En términos relativos, la desigualdad en España se elevó el doble que en Francia, el triple que Alemania y 5 veces mas que la media de la UE-15.

De la lectura de los datos podemos extraer algunas conclusiones:
1.El decisivo papel del Estado del Bienestar. Según los medios de comunicación, el Gobierno de Rajoy negocia ralentizar el cumplimiento de los objetivos de déficit público. Estoy de acuerdo: hacer un ajuste de 40.000 millones de euros en 2012 dañaría seriamente la salud de la ya deprimida economía española. Con todo, lo más importante no es el tamaño del ajuste sino el debate cualitativo de donde meter la tijera y qué políticas salvaguardar. El que, por ejemplo, el Ministerio de Educación reduzca a la mínima expresión el Programa de Campus de Excelencia Universitarios (motores de colaboración público-privada y fuente de innovación) es un ejemplo de lo que deberíamos evitar. Hay que apretarse el cinturón pero salvaguardando las políticas generadoras de un crecimiento sostenible que cualifican nuestro capital humano, frenan la desigualdad y favorecen la movilidad social.

2.El que haya aumentado la distancia entre las capas más pudientes de la sociedad y aquellas otras con menor renta, prueba lo importante que son las políticas de redistribución de gasto, sobre todo, en época de crisis. También, y de esto poco se habla, de un sistema fiscal injusto por no progresivo. La fotografía del IRPF prueba que el peso de la contribución recae sobre la nomina y no sobre las rentas del capital. La reforma fiscal urge y debe dirigirse a equiparar la tributación de las rentas del capital y el trabajo.

3.¿Volver a 1996? Los datos de Cáritas prueban lo injusto del modelo puesto en marcha entonces. No podemos ni debemos regresar. Una forma de crecer que provocó más desigualdad, convirtiendo la pobreza en un mal estructural. Desde el punto de vista político el combate contra la desigualdad es una cuestión moral; y desde el punto de vista económico un despilfarro de recursos que hace insostenible el crecimiento en el medio plazo, como desgraciadamente hoy comprobamos. Hay que cambiar el modelo de crecimiento, garantizar la cohesión social y reformar nuestro Estado del Bienestar para hacer frente a las nuevas formas de desigualdad que afectan a millones de españoles. De esto y no de "recortes al peso", debería hablar nuestro Gobierno.

Pedro Sánchez Pérez-Castejónes profesor de Economía UCJC
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