La calefacción, con un 45% respecto del total, supone el principal consumo energético de los hogares españoles según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Debido a ello, toda acción encaminada a moderar y razonar el uso de la calefacción manteniendo los necesarios niveles de confort, puede contribuir de manera señalada a reducir el recibo de la luz o del gas y echar una mano en la lucha contra el cambio climático recortando las emisiones de gases con efecto invernadero.

Lo primero que debemos anotar es que, según los expertos en climatización del hogar, la mayoría de las viviendas en nuestro país están excesivamente caldeadas durante el período invernal, lo que deriva en derroche y provoca problemas de salud. Por eso insisten en recordarnos que el nivel de temperatura ideal en invierno se sitúa entre los 19 y 21 grados y que por cada grado que subimos a partir de ahí podemos llegar a aumentar el consumo de energía en torno a un 10%.

Asimismo hay que tener en cuenta que, sea cual sea el sistema de calefacción instalado en nuestro hogar, si mejoramos el aislamiento interior no solo obtendremos un importante beneficio económico, reflejado en la factura del gas o de la electricidad, sino que estaremos contribuyendo de manera decidida a reducir las emisiones de CO2 que están causando el actual cambio climático: ésas por las que se organizan cumbres climáticas como la que concluyó en Marrakech la semana pasada y que tienen en buena medida un origen doméstico.

Colocar cintas aislantes autoadhesivas en los marcos de las ventanas y renovar el sellado del acristalamiento con silicona es una de las primeras medidas que debemos de tener en cuenta.

Hacer uso de las cortinas también ayuda a ahorrar energía en calefacción, ya que el cristal frío anula buena parte de la calefacción, y también mantener la costumbre de bajar las persianas en el momento en el que se va la luz.

Otro punto por el cual perdemos energía son las cajas en las que se enrollan las persianas. Para evitarlo es necesario aislar el interior de las tapas con tela o espuma y colocar cinta aislante ancha en las juntas (la de tipo pintor ya va bien: además, después, se puede pintar encima con el color de la pared para que no se vea). Una forma rápida de localizar este tipo de escapes consiste en acercar la llama de un encendedor o cerilla a las juntas de las ventanas o puertas: si oscila, tenemos un escape, si se apaga, tenemos un problema.

Respecto a los radiadores, es necesario mantenerlos limpios, purgados y sin cubrir. Tampoco colocaremos muebles u otros elementos decorativos delante porque dificultarían la correcta transmisión del calor. Y un consejo final de bricolaje doméstico para multiplicar su rendimiento: si se quiere aprovechar todo el calor de los radiadores que dan a paredes exteriores, es aconsejable situar una plancha metálica o un cartón forrado de papel de aluminio en la parte de atrás. De esta manera recuperaremos toda esa potencia calorífica que, si el radiador está colgado en una pared interior no pasa nada porque calentamos la habitación de al lado, pero si da a la escalera o a la calle malbaratamos inútilmente.