Y la primera consecuencia la estamos sufriendo en el tono y el contenido de la campaña. Vuelve Aznar y vuelve la crispación. No es una buena noticia para nadie, porque se sustituye la razón por el prejuicio, el debate por la descalificación, las propuestas por las acusaciones. Ahora bien, en términos de estrategia electoral creo que a algunos les viene peor que a otros. En el comité electoral del PSOE se hacen bromas sobre si Aznar actúa a sueldo de Pepe Blanco, y es que cada vez que el expresidente abre la boca miles de electores socialistas despejan sus dudas y blindan su apoyo al partido del Gobierno. Y, al mismo tiempo, las arremetidas del todopoderoso presidente de honor del PP han hecho saltar por los aires la campaña del equipo de Rajoy. “Centrados en ti”, decía su eslogan, pero Aznar les “centra” muy, muy a la derecha.

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