Para quitarse la nostalgia de las ciudades a las que, tal como pinta el panorama, no iremos en los próximos meses por la apisonadora del coronavirus, nada como entrar en la web de la fotógrafa Erea Azurmendi, formada en espacios como la Varda Artist Residency en San Francisco (California) y que en 2019 inauguró su primera exposición individual, y fue en PhotoEspaña: Cuadernos de Campo. Estados Unidos, Canadá, Indonesia, China y Europa han estado en el objetivo de esta artista de imagen sofisticada e intimista, que dispara en entornos urbanos y naturales, entre la arquitectura y el ecosistema de la Moda. Antes de que el virus nos dejase en suspenso, puso foto al libro Bravas, con textos de Pilar Franco Borrell.
¿Cómo lleva el confinamiento? Pues tengo días. Al principio lo llevé bien, la verdad, venía de una época sin parar y me lo tomé como una oportunidad para reconectar conmigo y para hacer un pequeño reset en mi trabajo. El nuevo ritmo me está gustando, hacer las cosas calmadamente y con el tiempo suficiente que, a veces, tanto nos falta. Pero bueno, después de un mes y pico ya se va haciendo cuesta arriba… Hay semanas que estoy bien y otras que me pesan más, imagino que es normal. Aun así estoy aprovechando para cocinar, que siempre ha sido mi asignatura pendiente, y estoy descubriendo que me gusta mucho.
¿Qué hábitos conserva de los que tenía, y cuáles nuevos ha adquirido? Conservo la disciplina, el horario. Evidentemente, mi día a día es muy diferente a lo que estoy acostumbrada, pero he intentando crear un horario y una agenda acorde con estos momentos. Por las mañanas me centro más en temas burocráticos, mails, etc., y por la tarde la parte más creativa. Las disciplinas nuevas que he adquirido son: hacer yoga cada día, me ayuda a estar presente y llevar esto mejor; mover el cuerpo siempre es bueno. Estoy asistiendo a unas clases diarias de meditación y estoy cocinando.
¿Se pasa el día en pijama? (Risas) ¡Intento que no! El hecho de vestirse hace que la experiencia sea un poco más llevadera, ¡aunque sí es verdad que las mallas, no me las quita nadie!
¿Cuántos rollos de papel higiénico tiene en casa? Pues los que tengo habitualmente: el paquete que estoy usando y otro nuevo.
Recomiéndenos un libro, una peli y una canción para pasar este mal trago. Un libro: Biografía del silencio, de Pablo D’Ors: es de mis libros favoritos hasta el momento, es un ensayo; también me gustaría recomendar el libro que acabo de sacar con Pilar Franco Borrell: se llama Brava y lo sacamos como sinergia creativa entre fotografía y narrativa corta (sus textos y mis fotos) con la editorial Planeta. Una canción: Dance with me de The funkees. Una peli: el documental Peggy Guggenheim: Art addict.
Una cosa que hayas aprendido de todo esto… He visto a la gente más volcada y más unida que nunca. Compartiendo, ayudando y sacando a la luz su parte más humana. Creo que el reto será que esto se siga conservando cuando la situación se normalice.
Y una cosa que hayas desaprendido… Que no hay que mirar hacia afuera, como hacemos habitualmente, sino hacia adentro.
¿Cómo saldrá la Cultura de esta? Creo que a los artistas esto es lo que más miedo nos da. La cultura es lo primero de lo que se prescinde, pero sin embargo es lo que más nos ha ayudado a llevar mejor toda la cuarentena, leyendo, consumiendo películas y series, escuchando música, viendo imágenes inspiradoras… El arte y la cultura es inspiración, es formación, es educación… Esperemos que eso no se olvide y se le dé la importancia que tiene.