No hay lugar de la Tierra que esté libre de la avaricia humana. Si no lo están los polos, territorios inhóspitos y remotos, lo va a estar la Amazonía. Que sea la principal reserva de la biosfera, el auténtico pulmón del planeta y el mayor espacio de biodiversidad del globo parece dar igual.

Cobre y oro bajo la selva

Al menos para el gobierno brasileño de Michel Temer. Hace unas semanas aprobó la autorización para que empresas privadas realicen excavaciones mineras en una de la reservas que se encuentra en pleno Amazonas. En concreto se trata de la Reserva Nacional de Cobre y Asociados, donde hasta ahora solo compañías públicas podían realizar trabajos. Como el nombre indica, es un terreno que se supone rico en minerales como el propio cobre, pero también oro, hierro, níquel o manganeso. Este espacio, de más de 26.000 kilómetros cuadrados, se determinó como libre de explotaciones mientras en 1984. Ahora, el gobierno quiere cambiar esta decisión. Detrás de esta decisión se encuentra la necesidad del país sudamericano de reducir su galopante déficit. Una vez más, las naturaleza paga las erróneas políticas de los hombres. Pero no solo la naturaleza está en peligro ante esta decisión. También las numerosas comunidades indígenas, muchas de ellos con escaso contacto con el exterior, que viven en el área verían comprometida su supervivencia.

Un juez dijo ¡alto!

Afortunadamente, la justicia brasileña ha parado los pies a su gobierno. El juez del distrito federal de Brasilia decidió suspender la decisión gubernamental. Adujo el magistrado que el cambio en las formas de explotación de la reserva no peude realizarse mediante una decisión administrativa del presidente. Que es necesario que pase por la cámara de representantes para ser debatida y votada. En cualquier caso, la decisión del juez no supone la detención definitiva de la explotación minera privada de la zona, sino más bien un mero aplazamiento. Habrá que permanecer atentos a la decisión de la Cámara de Diputados brasileña.