Lo que nos faltaba. A nuestra existencia cada vez más sedentaria parece que va a unirse la última revolución. La de ser capaces de trabajar con nuestras mentes. Es decir, mover objetos o solucionar cuestiones en un ordenador simplemente con pensarlo. 

Trabajo mental

Sin movernos, claro. Eso ya lo haremos después de pagar en un gimnasio. Si acaso. Es lo que investiga una empresa llamada Mental Work, para que no quepa dudas. Aunque ellos mismos lo describen, lógicamente, con pomposos conceptos. 

Esta empresa que se autodenomina la primera fábrica operada por ondas cerebrales, comenzó a funcionar en 2017 a partir del trabajo de unos neurocientíficos de la École Polytechnique Fédérale de Lausana, en Suiza. 

En el vídeo de explicación de Mental Work ya se puede apreciar que sus responsables están un tanto tronados. De momento, parece que todo lo que podemos hacer con la mente es mover una rueda. Sí, quizá no parezca mucho ni muy útil en el mundo actual, pero pensemos, nunca mejor dicho, que así empezamos con la máquina de vapor y aquí estamos. 

Fábrica de filósofos

Sin embargo, el poder de la cosa para los ingenieros es que esa capacidad de interactuar con el entorno a partir de las ondas cerebrales, confiere al individuo unos poderes casi sobrehumanos. Según sus declaraciones, los trabajadores se convierten en filósofos. Transforman el pensamiento en acción. 

Para ello emplean un sistema compuesto por software y hardware. El primero un interfaz que convierte la ondas cerebrales en impulsos mecánicos. El segundo, el clásico gorrito ridículo con sensores y cables que hemos visto millones de veces. Todo compone el Brain-Machine Interface o BMI. 

Lo cierto es que quien más quien menos espera mucho de esta autoproclamada revolución cognitiva. Sobre todo en casa es donde más usos puede darle uno. Y ya no levantarse del sofá jamás.