El pasado fin de semana, en la noche del sábado al domingo -a las 0:58h-, sobrevoló Toledo y Madrid una gran bola de fuego generada desde una roca que se desprendió de un asteroide. Se pudo ver desde muchos puntos de España gracias a que la luna estaba llena y especialmente brillante, y la detectaron los sensores que la Universidad de Huelva tiene instalados en el complejo astronómico de La Hita, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), como parte de su proyecto Smart, que monitoriza el cielo para analizar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del sistema solar.

En nota de prensa, el complejo astronómico de La Hita ha informado de que ha sido José María Madievo, profesor del centro y responsable del proyecto, el que ha determinado el origen de la bola de fuego. Según su análisis, la roca procedente del asteroide entró en la atmósfera, en la medianoche del sábado, a unos 72.000 kilómetros por hora sobre el Noreste de la provincia de Toledo. A causa de la velocidad, el roce con el aire ha hecho que la roca se haya vuelto incandescente a una altura de unos 81 kilómetros sobre el nivel del suelo, y así se generó la bola de fuego. Gracias a la luminosidad de la luna llena, se veía a más de 400 kilómetros de distancia.

La bola de fuego avanzó en dirección Noroeste y sobrevoló el sur de la Comunidad de Madrid, hasta que se extinguió a una altitud de unos 34 kilómetros sobre Fuenlabrada, desintegrándose completamente en la atmósfera.