¿Podemos llamar hamburguesa a una hamburguesa que no está hecha de carne? La respuesta parece afirmativa echando un vistazo al mercado, donde se despliega una amplia oferta de opciones bautizadas como tales, y hechas de guisantes, quinoa o tofu, sin un gramo de origen animal.

Sin embargo, el eurodiputado socialista francés Eric Andrieu ha emprendido una campaña en sede comunitaria para evitar que lo cárnico y lo vegano compartan nombres, no tanto por purismo como para evitar, dice, posibles confusiones. Andrieu ya propuso con éxito ante la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo que la denominación hamburguesa se atribuyera solo a aquello preparados de ternera, cerdo o pollo. Ahora, su iniciativa llega a la Comisión Europea y al Consejo. Su propuesta de nombre para las recetas con apariencia de hamburguesa y materia prima vegetal es ‘disco’.

No es la primera vez que las instituciones comunitarias se alinean con propuestas de este estilo. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ya falló que las bebidas 100% vegetales, de soja o tofu, no pueden comercializarse bajo la denominación de leche, con la excepción de leche de almendras. La organización ProVeg, por su parte, ya ha movido ficha, poniendo en marcha una recogida de firmas que defiende la nomenclatura de hamburguesa vegetariana, apoyándose en la evidencia de que el mercado de la alimentación es una fuente de innovación.