Esta vez el tiempo acompaña, así que este año los restos del cometa 1/P Halley, un enorme cuerpo celeste que viaja alrededor del Sol en una órbita de 76 años y no se ve desde 1986, podrán disfrutarse sin telescopio.

Una vez más, el inicio del mes de mayo nos trae la lluvia de estrellas más importante de la primavera, la eta acuáridas. Es el momento en el que la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa Halley, que en su largo viaje deja el rastro de pequeñas partículas metálicas que traspasan la atmósfera y se desintegran. Se convierten así en las estrellas fugaces que veremos en una lluvia entre el 19 de abril y el 28 de mayo, y que será especialmente visible esta noche, día 6, sobre todo en el Hemisferio Sur del planeta y especialmente en lugares ubicados en el trópico, como las islas Canarias.

En octubre, el Halley produce las oriónidas. Aunque el primer avistamiento registrado de él lo documentaron los chinos en el 239 a.C., su descubrimiento oficial se debe a Edmond Halley (1656-1742), que, usando las leyes de la gravedad de Newton y los movimientos planetarios, calculó por primera vez las órbitas de varios cometas y demostró que estos objetos seguían un trazado circular.