El catálogo de cosas que les hacemos a los animales es infinito. Los matamos. Los enjaulamos. Nos cargamos sus hábitats. Los asfixiamos y despellejamos. Hacemos espectáculos con ellos donde, para nuestro solaz, los torturamos. Y ahora llega una nueva modalidad. La de drogarles con metanfetamina

Es lo que denuncia la policía del condado de Loretto, en Tennessee, Estados Unidos. Los responsables de comunicación del departamento ha hecho un llamamiento para que los vecinos de la localidad no tiren sus alijos de MDMA por los retretes

La razón es sencilla. Al deshacerse de esta sustancia por ese método, la droga acaba fácilmente en el río Tennessee. Y ahí es donde es absorbida por los incautos cocodrilos que pueblan la zona. El resultado es que los pobres reptiles, drogados, se vuelven más activos y agresivos. El efecto reconocido de la sustancia, solo que en animales de tres metros, con dientes de varios centímetros, es todavía más peligroso. 

Dudas científicas

La policía reconoce su parte de culpa. Lógicamente nadie tira un cargamento de droga valorado en miles de dólares por la taza del váter voluntariamente. Pero cuando los agentes realizan una intervención, los traficantes suelen emplear esa salida para que no les pillen con todo en cargamento encima. Y es entonces cuando empieza la fiesta involuntaria de los caimanes.

Hay especialistas en cocodrilos que contradicen la advertencia policial. Algunos, que afirman haber trabajado con estos animales durante años, aseguran que nunca se han encontrado con este problema. Ven, en el comentario policial, más una argucia para que aquellos que tienen un problema con la droga que poseen, llamen a la policía y que esta intervenga. Nunca hay que subestimar la capacidad de ingenuidad y paranoia de una mente puesta de m.