A las flores no les sirve el cortejo de cualquier polinizador. ¿La razón? Instinto de supervivencia: no todos son igual de eficientes. Así, según un reciente artículo publicado en la revista Ecology del que ha informado SEO/BirdLife en una nota, hay flores que trabajan incluso en equipo, para, algunas, atraer a los colibríes y rechazar a las abejas y abejorros, obligando a éstos a buscar el néctar en alternativas florales que puedan explotar con mayor facilidad. Las flores ‘pro-abejas’ tienden a ser verticales y con colores azules o púrpuras, mientras que las ‘pro-aves’ tienen una orientación horizontal y coloración roja o naranja. Además, las flores de abeja suelen contener pequeñas cantidades de néctar concentrado, y las de aves tienen mayores cantidades de néctar diluido. Desde la perspectiva de la planta, señala el artículo, el polinizador ideal es el que adopta una estrategia de forrajeo especializada, ya que esto ayudará a asegurar que cada planta reciba solo polen de su propia especie. Al combinar las características florales particulares, las plantas manipulan a los polinizadores para convertirse en especialistas al hacer de la generalización una opción económicamente menos atractiva”. Las abejas evitan las flores ‘pro-aves’ porque tardan más en aprender a buscar estas combinaciones de color-orientación. Las ‘flores pro-aves’ son las ‘flores anti-abeja’ que funcionan explotando limitaciones sensoriales y cognoscitivas específicas, según dice el mencionado texto. Estas afirmaciones vienen a rebatir una creencia tradicional entre los botánicos, la de que las flores evolucionaron con una combinación de características singulares de colores, formas y orientaciones para atraer polinizadores específicos. https://www.youtube.com/watch?v=OpMuLuQO-Cs