Tres huracanes nacidos del Océano Atlántico coincidieron el sábado devastando distintos puntos de América. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) había advertido de su violencia. Se trataba de Irma, el huracán José y el huracán Katia. Mientras Irma seguía un itinerario devastador por islas del Caribe camino a Florida, José acechaba el Atlántico, alcanzando el viernes por la mañana la categoría 4, que lo convertía en "extremadamente peligroso". José ha llegado a hacer soplar vientos de hasta 240 kilómetros por hora, obligando a hacer saltar las alarmas en islas que ya había sacudido Irma: Antigua, Barbuda, San Martín, San Bartolomé o Anguila. Y entre tanto, en aguas del golfo de México, Katia iba ganando fuerza, entrando en la categoría 2. La última vez que tres huracanes afectaron simultáneamente a la costa del Atlántico fue en 2010, cuando despertaron los huracanes Karl, Igor y Julia, con la diferencia de que este último no llegó a tocar tierra, y no se emitieron avisos sobre ella. Así que esta ocasión es la primera en la que centros como el NHC emiten avisos sobre tres huracanes con efecto destructivo en varios países de América.

Una temporada de huracanes por encima de la media

La temporada de huracanes de 2017 está siendo casi tan dañina como la de 2005, en la que se produjeron los huracanes Katrina y Wilma, dos de los que más estragos han ocasionado en la historia. Y hace menos de dos semanas el huracán Harvey llegaba a territorio de Estados Unidos con categoría 4, causando cuantiosos daños materiales y personales en el Estado de Texas.  El año pasado, sin embargo, el protagonista fue El Niño, que aumentó los ciclones en el Pacífico, y los disminuyó en el Atlántico El panorama es duro, y quedan todavía casi tres meses de la temporada, que se prolongará hasta el 30 de noviembre. Así, los científicos se preguntan si es lógica esta concentración de huracanes, y si todavía nos esperan más.

¿El cambio climático como causa?

La comunidad científica está divida. Para una parte de ella no ha habido un aumento, hay precedentes de huracanes coincidiendo al tomar tierra. Otros lo ven como algo preocupante, y lo vinculan al aumento de la temperatura del mar: cuanto más cálidas son las aguas, más evaporación se produce, en forma de humedad. Y la humedad está en el ADN de los huracanes. Ese incremento de temperatura podría ser, se baraja, consecuencia del cambio climático.