La imaginación puede llegar muy lejos. A veces, demasiado lejos. Como en el caso de la urbanización exclusiva que se construyó en Turquía.

Disney Village

Las imágenes áreas muestran un mundo irreal. Una pesadilla salida de alguien con una imaginación preocupante, mucho dominio de los programas de 3D y tiempo libre. Pero no, es real.

Una urbanización de 800 viviendas inspiradas en los chateaux franceses más arquetípicos y rimbombantes. Una sucesión hasta adonde alcanza la vista, de edificaciones idénticas, salidas de la película más almibarada de la factoría Disney, lo que ya es decir. 

Es probable que sus responsables todavía se estén preguntando qué ha podido fallar. Cómo es posible que, de momento, solo se hayan vendido un tercio de los chateaux construidos. Qué demonios ha pasado para que la constructora haya tenido que declararse en bancarrota debido al fracaso de la promoción.

200 millones

El proyecto, realizado en la localidad turca de Bolu, se ha llevado alrededor de 200 millones de dólares de los constructores e inversores. A duras penas ahora están consiguiendo rentabilidad, aunque muy pronto esperan una inyección de 7,5 millones, según ellos mismos declaran. El origen del dinero es lo único compresible en esta historia.

En principio la urbanización estaba destinada a un público objetivo muy concreto. Los millonarios saudíes, o mejor dicho, los que van justo detrás de ellos. Aquellos ciudadanos de los países árabes que no son los archimillonarios que conocemos, pero sí que pueden permitirse una segunda residencia en una nación cercana. 

Los creadores de este espectáculo del capitalismo constructor pensaron que las formas de cuento serían muy del gusto de este público. Y todavía se pregunta qué pudo fallar.