Quizá cuando los efectos del cambio climático sean tan llamativos como los de esta semana, nos demos cuenta del calado de la cuestión. Ver imágenes de inundaciones en Arabia Saudí debería primero sorprendernos y después hacernos reflexionar. 

Camellos en la corriente

Es lo que ha sucedido esta semana en todo el país árabe, especialmente en su capital, Riad. Un lugar en el que, cuando uno piensa en él, se imagina camellos andando por el árido desierto, no luchando contra las corrientes de agua y barro producidas por lluvias torrenciales.

Pero el caso es que las redes sociales y los informativos se han llenado con estampas similares. Autobuses cruzando lo que parece un río y que antes fue una desértica carretera. O cursos desbordados corriendo por el medio de paisajes marcianos. 

Seis años en unos días

Los meteorólogos habían advertido de la llegada de este temporal. Un frente de tormentas que en unos pocos días ha vertido sobre el país el equivalente a los seis años anteriores en cuanto a precipitaciones. 

Aún no se han cuantificado los daños, pero las imágenes que hemos podido ver suponen un buen avance de los estragos que podemos empezar a ver como consecuencia del cambio en el clima terrestre.

Entornos que no están habituados a la lluvia, sufren fuertes frentes de precipitaciones que no solo erosionan el terreno si no que también causan graves pérdidas materiales y humanas. De momento, el recuento de víctimas de las lluvias se eleva a 30 personas solo en ese país.

No solo Arabia Saudí está padeciendo los efectos de esta cambio meteorológico radical. También Jordania ha visto varias infraestructuras y viviendas seriamente dañadas por los efectos de las tormentas.