Los rasgos físicos que hacen especiales a muchas especies animales son al mismo tiempo su condena. Colmillos, garras y cuernos se convierten en trofeos que atraen a los cazadores. Es el caso de los cuernos de rinoceronte, por ejemplo.

Adorno y medicina

Las poblaciones de este enorme mamífero siguen descendiendo a velocidad de vértigo comprometiendo seriamente su existencia. Su cuerno, en realidad una acumulación de pelo, es un elemento altamente codiciado tanto como objeto ornamental como ingrediente en distintos remedios de la medicina tradicional china

Desde hace unos años, una organización trata de preservar las poblaciones de rinocerontes yendo a la raíz del problema: los cuernos. Rhino Rescue Project es una asociación con un enfoque radical. Su misión es la de inutilizar los cuernos de los rinocerontes, que no sirvan ni como adorno ni como ingrediente medicinal. 

Pero conseguirlo no es nada fácil. Lo primero es capturar cada ejemplar de rinoceronte. Provistos de dardos tranquilizadores, duermen al animal antes de acometer su trabajo. 

Inyectar tinte

Una vez que el rinoceronte está sedado llega la segunda parte. Se inyecta una solución en el cuerno. Dada la morfología de este apéndice, la solución se cuela entre los cuerpos que componen el cuerno. El resultado es doble. Por un lado adquiere un tono rosáceo, que lo hace inútil como adorno. Y por otro, envenena el cuerno. Es decir, la sustancia hace que tampoco sea válido como parte de los ungüentos que se preparan en la medicina asiática. 

Aprovechando que el animal está dormido se coloca un chip al cuerno que permite identificar y rastrearlo. Todo el proceso es inocuo para el rinoceronte, más allá del mareo producido por la sedación. 

La asociación asegura que este método ha reducido drásticamente la captura ilegal de estos mamíferos. Menos del 2% de los rinocerontes tratados cayeron abatidos por cazadores.