Tirar colillas al suelo no solo es anti higiénico y contaminante, también puede perjudicar al desarrollo de las plantas. Si es en la playa donde las abandonamos a su suerte, condenamos al litoral a tenerlas encima durante más de una década, al tiempo que tardan en degradarse esas huellas de tabaquismo. En especial, el filtro, que contiene fibra de acetato de celulosa, un tipo de bioplástico.

Además, investigadores de la Universidad Anglia Ruskin (ARU, Reino Unido) han publicado un estudio en Ecotoxicology and Environmental Safety demostrando en pruebas de laboratorio que las presencia de colillas perjudica a vegetales comunes como la ballica o césped inglés (Lolium perenne) y el trébol blanco (Trifolium repens). Los estudiosos hallaron que la presencia de colillas en el suelo reduce el éxito de la germinación y la longitud del brote del trébol (esto es, la longitud de su tallo) en un 27% y 28% respectivamente, mientras que la biomasa de las raíces (peso de la raíz) se reduce en un 57%. Para el césped, el éxito de la germinación se redujo en un 10% y la longitud del brote en un 13%.

Los filtros de cigarrillos sin fumar tuvieron casi el mismo efecto sobre el crecimiento de las plantas que los filtros usados, lo que indica que el daño a las plantas es causado por el filtro en sí, incluso sin las toxinas adicionales liberadas por la quema del tabaco.