Este verano ha sido el peor de la última década en siniestros forestales en España: del 1 de enero al 7 de agosto, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, han ardido casi 170.000 hectáreas, cerca del triple de la media de la última década. Además, se han declarado 43 grandes incendios, mientras que en 2012 hubo 25, 17 en 2017 y 13 en 2021. La media de la década es de 11.

Entre enero y la primera semana de agosto se registraron 7.234 siniestros forestales, de los que 2.298 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 4.936 conatos (con menos de una hectárea quemada). De las hectáreas quemadas, que abarcan un 0,607% del territorio nacional, 10.509,36 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 78.611,08 hectáreas de matorral y monte abierto, y 79.618,18 de superficie arbolada.

La zona del noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 45,17% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año. El resto de los siniestros se reparten entre las comunidades interiores (las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 37,37%; el área mediterránea, con un 17,09%; y Canarias, con un 0,37%.

En Europa, los datos del Sistema de Información Global de Incendios Forestales (GWIS) para la evolución histórica de los incendios muestran que Ucrania es el lugar donde más hectáreas se han quemado en los últimos años en relación con la superficie total del país. El fuego arrasó más de 7.800 hectáreas de cada 100.000 en 2008.

Portugal vivió un otoño muy intenso en incendios en 2017, entonces superó los valores más altos que registró en 2005 y 2003. Moldavia registró sus peores cifras de incendios en años recientes en 2008 y 2014.