Fueron madera hecha música, y ahora, contribuirán a frenar el cambio climático. Así de orgánica es la decisión que ha tomado David Gilmour, cantante y compositor de la banda Pink Floyd, que ha decidido donar la recaudación de la subasta de sus guitarras -más de 18 millones de euros- a ClientEarth, una organización europea de Derecho Medioambiental, que trabaja en proyectos de cambio climático y transición energética también en España, gracias a su conexión con IIDMA (Institución Internacional de Derecho y Medioambiente).

Ya es la subasta de instrumentos musicales que ha alcanzado mayor valor en la historia de la casa de subastas Christie´s. Y ahora, pasará a la historia por la contribución que propició. Gilmour ha proclamado admiración por el trabajo realizado por ClientEarth, a la que se ha referido como una “organización que utiliza el poder de la Ley para proteger al planeta y a la gente que vive en él”.

Entre las guitarras que ha donado Gilmour está la Black Stratocaster de Fender, que ha alcanzado una cifra récord (3,5 millones de euros) y con la que se grabó, entre otros, los discos The dark side of the moon, Wish you were here o The Wall. También figura una Gibson Les Paul de 1955 y una White Fender Stratocaster, utilizadas para las partes 1, 2 o 3 del disco Another Brick in the Wall, y que alcanzaron 400.000 y 1,5 millones de euros respectivamente.

“La crisis climática mundial es el mayor desafío al que se enfrentará la humanidad, y estamos a pocos años de que los efectos del calentamiento global sean irreversibles. Como dijo Greta Thunberg, la activista sueca de 16 años, en un discurso pronunciado a principios de este año: ‘O elegimos seguir adelante como civilización, o no lo hacemos’. La elección es así de simple, y espero que la venta de estas guitarras ayude a ClientEarth en su causa de usar el derecho para lograr un cambio real”, ha expresado Gilmour en su cuenta de Twitter.