El director de Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Rodolfo Lacy, ha lanzado un comunicado afirmando que, este 2019, los países están “en vísperas de una década decisiva para el planeta”, motivo por el que ha animado a los estados miembros a aprovechar el año para adoptar políticas de transformación en la que será la Agenda Ambiental revitalizada 2020.

Y es que el calendario tiene en los próximos meses varias fechas muy señaladas. Por un lado, el Paquete de Clima de Katowice (aprobado en diciembre de 2018) indica que la fase de implantación del Acuerdo de París comenzará en 2020, para actualizarse después, cada cinco años, con las contribuciones nacionales indicadas en el Informe Especial del IPCC, sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. En este sentido, Lacy recuerda que también el informe de la OCDE ‘Financing Climate Futures’ propone seis áreas de políticas “transformadoras” que pueden ayudar a los gobiernos a proporcionar infraestructuras resistentes y bajas en carbono.

Por otro lado, las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica 2011-2020, establecidas en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, también están llegando a su fin, aunque las medidas gubernamentales no han sido suficientes para que se cumplan las metas. Lacy resalta que la COP15 sobre biodiversidad, que se celebrará en China en 2020, definirá los objetivos posteriores a 2020 destinados a proteger los ecosistemas marinos y terrestres en todo el mundo, y constituirá una “oportunidad” de renovar su resolución para abordar el desafío de la diversidad biológica mundial con un marco orientado a los resultados.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 aborda, para Lacy, uno de los problemas ecológicos más sensibles: la vida bajo el agua. El director valora que la comunidad oceánica mundial esté respondiendo con distintas a este complejo problema, y prevé que la Conferencia de los Océanos de la ONU, que se celebrará en Lisboa en junio de 2020, será un “punto de inflexión” en los esfuerzos para establecer una gobernanza mundial capaz de rescatar los ecosistemas costeros y marinos, incluidas numerosas especies marinas en peligro de extinción.