Cuándo, cómo y dónde surgió la vida en la Tierra es al final la gran incógnita de la ciencia en nuestros días. Con el fin de avalar una de las hipótesis, que los componentes esenciales llegaron desde el espacio, la sonda OSIRIS-REx acaba de aterrizar en un asteroide. 

Entre la Tierra y Marte

Se trata de un viejo conocido aunque no muy popular. Una roca que flota en algún lugar entre nuestro planeta y Marte. Bennu, que así fue bautizado, es una piedra prácticamente esférica de unos 500 metros de diámetro. Los expertos estiman que es un resto de la formación del Sistema Solar, hace 4.500 millones de años, así que puede contener algunos de los secretos de por qué estamos aquí.

Esta semana, la sonda se ha acercado al asteroide y ha comenzado a enviar imágenes de gran detalle de la roca. Pero la parte más apasionante de su misión tendrá lugar en los próximos días. Los ingenieros esperan que la sonda se pose sobre Bennu y almacene muestras que puedan ser analizadas en la Tierra.

Una misión de siete años

Sería el final perfecto para una misión de siete años que se inició en 2018, con un viaje de ida de millones de kilómetros, en busca de la confirmación de que en Bennu hay agua y componentes orgánicos que pueden estar detrás de la vida. 

Curiosamente, los físicos aseguran que existen ciertas posibilidades de que Bennu golpee la Tierra en un periodo de tiempo muy corto, en términos cósmicos. El asteroide podría impactar con nuestro planeta en 150 años. Lo paradójico es que una colisión así acabaría con la vida en la Tierra. La misma vida que quizá llegó desde su superficie.