Estos días se cumplen nada menos que 20 años desde que el nacimiento de una oveja conmocionara al mundo. Se trataba de Dolly, el animal que Ian Wilmut y su equipo del Instituto Roslin de Edimburgo clonaron mediante ingeniería genética. Aquello generó un gran impacto con diversas vertientes, desde la científica a la social, ética e incluso política. Pero hoy en día, la clonación no parece un asunto que esté en la primera línea de la actualidad. ¿Qué ha pasado desde entonces?

Vida rápido, muere joven

La principal protagonista, la oveja Dolly, no tuvo una vida fácil. Además de sufrir diversos problemas, fue sacrificada seis años después de su nacimiento debido a una enfermedad pulmonar, aunque la esperanza de vida de las ovejas de su especie era del doble. Los científicos de Roslin no pudieron establecer conexión entre la enfermedad y su particular concepción. Hoy, su cuerpo disecado saluda sonriente a los visitantes del Museo Nacional de Escocia. La empresa dependiente del Instituto Roslin que ‘desarrolló’ a Dolly, PPL Therapeutics saltó a primer plano mundial e inició una carrera hacia la clonación de animales de granja con fines comerciales. Sin embargo, después de ese arrollador arranque, declaró la bancarrota en 2004.

Mejorar la raza

¿Y la clonación? Tras el éxito inicial y frente a la marea de opiniones a favor y en contra, la técnica siguió desarrollándose. El enfoque desde aquel momento no era tanto clonar animales para vender su carne, si no mejorar los rebaños doblando aquellos especímenes que mejores resultados productivos daban. Las empresas ganaderas norteamericanas fueron las principales demandantes, más aún después de que la FDA autorizara en 2008 la comercialización de productos derivados de estos animales. Pero a tener un índice de éxito bajo, entre el 15% y el 30% la clonación ha seguido su camino tanto en Estados Unidos como en China, que en 2015 anunció la construcción de una planta de clonación prácticamente industrial de animales.

En Europa no

La situación en Europa es radicalmente distinta. Quizá por la presión de la opinión pública, no está permitido clonar animales de granja en territorio de la UE. Más allá de la seguridad alimentaria para las personas, la Agencia Europea Alimentaria se centra en los problema de salud para los animales, Según la institución la mortalidad embrionaria es elevada, el alumbramiento puede complicarse y muchos animales nacen con graves patologías. El último legado de Dolly quizá sea el más poético, pues la técnica ha abierto la posibilidad de mantener especies en peligro de extinción e incluso recuperar algunas perdidas. En 2003, biólogos y veterinarios del parque de Odesa, en Huesca, lograron resucitar el desaparecido bucardo, cuyo último espécimen había muerto años antes. Sin embargo, su recuperación fue fugaz, ya que el animal murió pocos minutos después de nacer.