El programa Jóvenes Emprendedores de EduCaixa concede cada año el premio Desafío Emprende, con el que reconoce el talento de jóvenes emprendedores. Están dirigidos a estudiantes de ESO, Bachillerato, CFGM y FPB y basado en una metodología enmarcada en el  Programa Jóvenes Emprendedores

KitCaixa Jóvenes Emprendedores 

El Programa Jóvenes Emprendedores está formado por varios elementos, entre ellos el  KitCaixa Jóvenes Emprendedores, una innovadora propuesta educativa que la Obra Social ”la Caixa” pone a disposición de los colegios de España que lo soliciten. Se trata de una propuesta pedagógica que permite trabajar la emprendimiento en el aula a través de una metodología que promueve el desarrollo de todas las competencias básicas del alumnado. Partiendo del Aprendizaje Basado en Problemas, del trabajo cooperativo y de una gran variedad de recursos tanto físicos como digitales, los estudiantes pueden diseñar un proyecto que dé respuesta a una necesidad de su entorno.

El KitCaixa Jóvenes Emprendedores tiene el objetivo de despertar las habilidades emprendedoras en los alumnos, promover el crecimiento personal y potenciar la capacidad de iniciativa. Desarrollar la creatividad, la capacidad de autonomía, la organización y el trabajo en equipo entre los alumnos. Una formación que contempla competencias clave en la formación de los jóvenes del siglo XXI: detección de oportunidades y resolución de problemas, capacidad para afrontar la incertidumbre, asumir riesgos y tomar decisiones, competencias para trabajar en equipo y saber comunicar adecuadamente.

Gador Sasía, uno de los ganadores de la edición 2017 es el protagonista de un reportaje en Alma, el portal social social de la Fundación "la Caixa", en el que narra su viaje al epicentro del emprendimiento, a Silicon Valley, al que espera volver algún día. Reproducimos por su interés el texto, firmado por Germán Aranda.

Un lugar llamado Silicon Valley

Escribir la primera palabra de una novela o escoger el primer color para empezar un cuadro es siempre un acto de valentía. El joven Galder Sasía, del colegio La Salle de Bilbao, ganador del premio Desafío Emprende 2017 que otorga el programa Jóvenes Emprendedores de EduCaixa, lo sabe muy bien. Ese año sobrevoló el Atlántico, junto a otros 23 estudiantes de escuelas e institutos de todo el territorio, para perfilar un prometedor proyecto que había empezado en clase. Allí conoció otra forma de trabajar y, sobre todo, otras formas de pensar, en un lugar llamado Silicon Valley.

En el epicentro tecnológico del mundo, los equipos de estudiantes descubrieron una nueva forma de ver la innovación. Mejor que lo explique Galder con sus palabras: “Yo pensaba que la gente creaba o innovaba únicamente para dar respuesta a una necesidad económica… y no. Allí la gente empleaba su tiempo libre en sus proyectos: sus hobbies eran crear soluciones únicas a problemas que veían en su entorno, y su motivación era alucinante”.

A este chaval de Bilbao le sorprendió que la gente "no llevara vestidos elegantes" y qeu tampoco tuvieran horarios fijos. "Me impresionó cómo gestionaban el tiempo, en función de los objetivos y responsabilidades que tenían. Era una forma de ir feliz a trabajar", explica locuaz. Entusiasmado por el amiente, las charlas en las universidades, los paseos por los parques naturales y las reuniones con otros emprendedores, Silicon Valley fue para Galder y sus compañeros un acelerador de conocimiento, de la misma manera que lo es para las empresas que operan allí. "En una de las charlas tuvimos que improvisar un proyecto en pocos minutos y me inventé una aplicación para comprar regalos a los familiares con filtros de Instagram", explica Galder con humor.

¿Te ha cambiado la vida este viaje? "Sí, decidí que si el proyecto de momento no se podía convertir en mi trabajo y me tenía que poner en los ratos libres, lo haría". Así, después de acabar el viaje formativo, ha dado continuidad a su idea, Feeling Cells, basada en el aprovechamiento del calor que generan las cocinas industriales y las salas de calderas para alimentar generadores hechos con células Peltier. “Estas células no permiten producir electricidad renovable a partir del efecto termoeléctrico que de otra manera se desaprovecharía", explica Galder.

Por ahora, él y su compañero Gorka Lombardero, que se unió al proyecto más tarde, han conseguido un minigenerador de 40 x 20 cm con células Pletier que puede cargar un teléfono móvil conectándolo a la calefacción. Sin embargo, aspiran a proyectos más ambiciosos como cubrir de células Peltier la campana extractorade la cocina para alimentar, por ejemplo, la energía de la nevera. Eso sí, Galder reconoce que todavía es incapaz de calcular exactamente la cantidad de watios que pueden conseguir con estos generadores. "¡Somos chavales de 17 años!", exclama.

De todas maneras, Galder ya ha llegado más lejos de lo que podía imaginar cuando cursaba ESO. Ya en aquel momento le comentó a una profesora la curiosidad que tenía por las energías y así descubrió las células Peltier. Ahora, a las puertas de la universidad, tiene claro que se quiere dedicar a la ingeniería. Es posible que su entusiasmo le lleve a Silicon Valley de nuevo y esta vez, para quedarse.