“Cuentan que cierta vez un chamán inuit, tocando un tambor como es ritual, entró en trance y su alma comenzó a deambular por la aurora boreal, esa descarga loca de luces de colores que fascina a quienes la ven. Allí se encontró con unos haces de luz que resultaron ser espíritus jugando con una bola, que a su vez resultó ser el cráneo de una foca… Y la historia continúa”

Esta historia la podemos leer íntegra en De auroras boreales, dioses y valoresel artículo que nos  trae Germán Aranda a través de ALMA, el portal social social de la Obra Social la Caixa, gracias a las Cenas con Estrellas en el Observatori Fabra. En estas cenas varios sabios nos sorprenderán con multitud de curiosidades de la bóveda celeste mientras degustamos nuevos sabores con unas vistas excepcionales desde lo alto de Barcelona.

Pero además de coloquios sobre temas tan interesantes como este, las Cenas con Estrellas nos permiten conocer también la historia del Observatori Fabra a través de telescopios más que centenarios o mediante relatos como el descubrimiento de la atmósfera de Titán en 1908 por parte del astrónomo y primer director del centro, Josep Comas i Solà. Se tuvo que esperar 36 años más para que la ciencia y los avances tecnológicos pudieran confirmar su descubrimiento.

Vistas, comida y entretenimiento de calidad para aprender y disfrutar al máximo cuando vayamos a observar la próxima luna de sangre, eclipse o lluvia de estrellas.