En el marco de los Debates de Vanguardia. Investigación y Salud organizados por la Fundación “La Caixa”, Michele Catanzaro, periodista especialista en investigación y salud de El Periódico, ofició de moderador en el debate Objetivo: prevenir el alzhéimer. Un reto científico y social, en el que intervinieron como ponentes los doctores Mercè Boada, directora de la Fundación ACE, y Arcadi Navarro, director de la Fundación Pasqual Maragall.

Si algo se puede destacar de ambas intervenciones es el optimismo, sin dejar de lado que todavía no estamos en el punto que deberíamos, y que no hay que olvidar que estamos ante una bomba de relojería, según palabras de Boada.

Se trata de una enfermedad sociológica, y el despertar de la conciencia de la sociedad es el que permite que se esté en una etapa de cambio, que invita al optimismo antes mencionado. El pasado verano, la Fundación Pasqual Maragall realizó una encuesta. A diferencia de los resultados de años anteriores, hay conciencia de la gravedad de una enfermedad como el alzhéimer, que está llegando casi al mismo nivel de preocupación que el cáncer.

Cuenta la doctora Boada: “La Fundación ACE comienza en 1996 como centro de día. En ese entonces, los pacientes llegaban en un estado moderado/severo. Hoy, más del 40% de los pacientes llegan con deterioro cognitivo leve”. Esa es la prueba que ratifica el resultado de la encuesta, y la búsqueda de un diagnóstico precoz es un gran avance social.

Mercè Boada
La Dra. Mercè Boada durante su intervención

El doctor Navarro explica la paradoja en la que vivimos: “Nuestro éxito como sociedad, con mejores sanidades públicas, lleva a que tengamos una población cada vez más envejecida. Como consecuencia de esto, las enfermedades asociadas con la edad aumentan su prevalencia”. Es decir, el éxito conlleva consigo una dificultad ulterior.

“Nuestro éxito como sociedad, con mejores sanidades públicas, lleva a que tengamos una población cada vez más envejecida. Como consecuencia de esto, las enfermedades asociadas con la edad aumentan su prevalencia

 

El alzhéimer es una enfermedad sociológica, que hasta hace no mucho estaba en el furgón de cola, según refiere Mercè Boada. Solo afectaba a un grupúsculo. Hoy, el peso recae sobre toda la sociedad. Como dificultad añadida se cuenta con el coste que provoca y que recae en la gente. Dice Arcadi Navarro: “Avanzaremos más rápidamente cuando entendamos la magnitud del coste sociosanitario. En el Reino Unido, son 12 mil millones de libras al año. En España, son entre 800 y 900 mil las familias afectadas. Nos acercamos al millón. La diferencia con otras enfermedades, en las que el coste sociosanitario es asumido por la propia sociedad, el conjunto de la sanidad pública, como en el caso del cáncer o enfermedades cardiovasculares, en el alzhéimer, el 80% del coste es asumido por las familias. Eso quiere decir que alguien, en general una mujer, tiene que cuidar de la persona 24 horas al día, 7 días a la semana”. De hecho, han llevado al Congreso una propuesta de cambio del modelo de atención a los pacientes y a las familias, para que la sociedad en su conjunto dé a esas familias, flexibilidad, instrumentos, cuidadores domiciliarios. Boada, en este sentido, añade: “El cuidador es el otro enfermo. Nuestra fundación hace grupos de formación a los hijos”.

En el alzhéimer, el 80% del coste es asumido por las familias

 

En medio de este panorama, aparece la pandemia a echar sal en la herida, que ya está sangrando. El Covid interactúa con enfermedades neurológicas. En este último punto, aún hay mucho que aprender. Cuenta Mercè Boada: “No hay datos concretos de la interacción del alzhéimer con el Covid, porque si la persona llegaba confundida, se atribuía a la patología mayor, es decir, al Covid. Ante la emergencia y el desborde, era imposible hacerlo de otra manera. Ahora que las aguas van volviendo a su cauce, entenderemos qué les va a pasar a los pacientes que ya tenían Alzheimer, cuál va a ser la velocidad en que van a incrementar el déficit. Pero también vamos a ver población afectada que no tenía déficit. Veremos si el Covid aflorará otro tipo de alzhéimer”.

Hay que mirar hacia el futuro y la situación actual invita a la esperanza. Hasta ahora, la ciencia no ha fallado nunca. Todos los problemas que hemos abordado con ciencia los hemos solucionado, como afirma el doctor Navarro. Hay que confiar en el método científico. Era algo que tenía muy claro Pasqual Maragall cuando creó la fundación y planteó como su función principal la investigación.

Arcadi Navarro
El Dr. Arcadi Navarro en el debate

La investigación es cada vez más trasversal y cada vez más colaborativa, y colaborando es como se compromete, por ejemplo, la Fundación “La Caixa”. Somos una sociedad científica de investigación constante, como afirma la doctora Boada. No podemos estar solos. No se pueden esperar solamente los propios resultados. La colaboración tiene que ser global para sumar. Lo que se conseguiría en 5 años, por ejemplo, se consigue así en 2.

Esa esperanza llega de la mano de un fármaco, el Aducanumab, y de un tratamiento, la plasmaféresis. Todo está en fase experimental. Pero si trazamos una analogía con el cáncer, como explica Arcadi Navarro, encontramos que las dos son enfermedades multifactoriales, complejas, con distintas etiologías en distintas personas. El cáncer se ha podido combatir con éxito gracias a más investigación y a diversidad de estrategias. “Con el alzhéimer aún no tenemos diversidad de estrategias. Seguimos sin saber el origen, pero conocemos bien su proceso. No hay fármacos que no sean sintomáticos, que modifiquen el curso de la enfermedad, pero hay muchos en preparación. Llegaremos. Tendremos muchas herramientas como con otras enfermedades”, afirma el doctor Navarro.

Con el alzhéimer aún no tenemos diversidad de estrategias. Seguimos sin saber el origen, pero conocemos bien su proceso"

 

Aunque todavía hay discrepancias respecto a las dos herramientas, Mercè Boada dice que lo importante es lo que hay detrás. Incluso si fracasara parcialmente el Aducanumab, sabemos que ya tenemos una vía válida de ataque. Como también es una vía válida de ataque la plasmaféresis. Por eso la doctora se atreve a afirmar que el Alzheimer no es una enfermedad de fracaso, es una enfermedad de éxito: “llegamos a ver el cuánto y el cómo, conocemos los factores de riesgo, conocemos la transmisión (muerte neuronal), y se está experimentando con un fármaco y un tratamiento”. Aunque quede camino por recorrer, es mucho lo que se ha avanzado.